Si la historia de Alex Smith se convierte alguna vez en película, el quarterback no acudiría al cine para mirarla.
“Claro que no”, dijo. “No la vería”.
Después de todo, Smith la ha vivido en la realidad, y no necesita que nadie documente el tortuoso camino que siguió desde que se fracturó la pierna derecha y requirió de 17 cirugías para recuperarse.
Pese a lo inspirador que esto puede ser para sus compañeros y entrenadores, su historia deportiva durante la presente campaña se relaciona poco con la lesión de 2008 que puso en riesgo su carrera. Más bien, la noticia ha sido la forma en que Smith ha conducido a Washington de una foja de 2-7 al título de la División Este de la Conferencia Nacional.
Es un quarterback veterano, que sabe lo que es jugar en la postemporada.
“Una vez que estás ahí y que suena el silbato, hay que entender que todo se orienta a los resultados. Uno tiene que rendir cuentas ante sus compañeros y entrenadores. Todas las personas en este edificio dependen de uno”, dijo Smith. “Al final, una vez que uno entra en el terreno, será mejor que obtenga los resultados”.
Smith lo ha logrado, superando las expectativas y demostrando que el entrenador Ron Rivera estaba en lo correcto al decidir que el ataque funcionaría mejor con un capitán experimentado.
Cinco touchdowns y cinco intercepciones en seis partidos de inicio no parecen estadísticas de las que alguien pueda jactarse. Pero la foja de 5-1 es un mérito del mariscal de campo de 36 años, quien condujo la ofensiva con una calidad que jamás alcanzó Dwayne Haskins, seleccionado en la primera ronda del draft de 2019.
Haskins perdió cinco de sus seis duelos de inicio, y el equipo lo dio de baja. Kyle Allen ganó uno de sus encuentros antes de lastimarse.
Ahora, éste es el equipo de Smith, pese a las limitaciones que enfrenta a raíz de un tirón en la pantorrilla derecha de su pierna reparada por las cirugías. La dolencia podría obligar a que Rivera coloque al menos en ocasiones dentro del terreno al sustituto Taylor Heinicke en el partido del sábado por la noche ante los Buccaneers de Tampa Bay.
“Es algo que seguramente tendremos que analizar”, dijo Rivera.
Desde luego, los Buccaneers se preparan para enfrentar a Smith.
“Cuando Alex Smith juega como quarterback, ellos tienen un tremendo equipo”, dijo el entrenador de Tampa Bay, Bruce Arians. “Son un equipo muy bien dirigido, con muchísimo talento defensivo. Pero Alex Smith es realmente la clave de todo”.
¿Cómo es posible eso? Arians da a Smith el crédito por lanzar el balón con tal rapidez que evita ser capturado por los rivales.
Doug Pederson, entrenador de Filadelfia y quien trabajó con Smith durante tres años como coordinador ofensivo de Kansas City, elogia la forma en que el mariscal de campo toma las decisiones.
Zac Taylor, de Cincinnati, destaca también la eficacia de Smith.
Desde luego, Smith no está exento de errores. Simplemente parece saber cuándo puede darse el lujo de arriesgar.
Smith es apenas el quinto quarterback en la historia de la NFL que ha guiado a tres diferentes equipos hasta los playoffs. Lo logró antes con San Francisco y Kansas City.
Y ha logrado uno de los regresos más asombrosos y emotivos del fútbol americano, si no es que de todo el deporte.
Desde mediados del año ha alcanzado hitos numerosos: Se le dio permiso de practicar, se quedó en la nómina, jugó al fin otro partido de la NFL, apareció de inicio en un encuentro por primera vez desde 2018 y volvió a ganar.
Ahora, tiene por delante los playoffs.