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Demuestran que una proteína es clave para prevenir el olvido

Madrid ( EFE ). Un estudio internacional -desarrollado en la escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai de Nueva York con participación de científicos españoles- ha demostrado en cobayas animales que la proteína IGF-II resulta clave en los procesos de consolidación de la memoria y prevención del olvido.

Una de las responsables de esta investigación publicada en la revista "Nature", Ana García-Osta, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra (Norte de España), explicó hoy a Efe que hasta ahora se desconocía la relación directa entre esta proteína y los procesos de la memoria.

De lo que sí se tenía conocimiento era de su existencia y de que, pese a sus bajos niveles de concentración en el hipocampo cerebral, podría tener un papel en la supervivencia neuronal.

Los ratones a los que, en este experimento, se bloqueó la expresión del gen que codifica la proteína IGF-II no pudieron almacenar nuevos recuerdos, mientras que aquellos a los que se suministró la molécula no olvidaron lo aprendido.

IGF-II son las iniciales en inglés del factor de crecimiento con estructura similar a la insulina tipo II.

Con el estudio se ha comprobado que resulta trascendental el momento en el que se suministra la proteína, pues debe coincidir con la fase en la que se producen los mecanismos moleculares relacionados con la fijación de los recuerdos.

Es decir, la incorporación de la molécula en el hipocampo tiene que producirse en un plazo de tiempo próximo al periodo de aprendizaje.

Otra de las conclusiones es que los roedores siguen recordando los nuevos conocimientos adquiridos hasta tres semanas después de que se les haya suministrado la citada proteína, algo que no se observa en los animales que reciben un placebo.

La investigadora española recordó que son varias las proteínas asociadas a la memoria y funcionan a modo de cascada a la hora de desencadenar los procesos necesarios para que una memoria a corto plazo se consolide; el IGF-II es una de las identificadas hasta el momento.

Tras los prometedores resultados del estudio, esta molécula se perfila como "diana" para nuevas terapias que mejoren la función cognitiva y los expertos ya investigan con animales que padecen Alzheimer por si la administración de esta proteína redujera la demencia.