EEUU Cine -  12 de agosto de 2015 - 19:00

Gerwig se deja llevar por la locura de "Mistress America"

Greta Gerwig trata de explicar en un café de Greenwich Village como va de estar totalmente involucrada en crear una película— coescribiéndola, produciéndola— a entrar en la historia como uno de sus personajes.

"Mi trabajo es casi quedar un poco inconsciente sobre todo el asunto", dijo Gerwig. "Es una paradoja rara saber completamente lo que estás haciendo, el lenguaje está dentro de ti, tiene sentido, y también sentir que estás montada en algo sobre lo que no tienes control de la velocidad".

Toma una pausa y continúa: "pienso en una moto acuática, no sé por qué".

"Mistress America", que se estrena el viernes en Estados Unidos, es la segunda película que Gerwig ha coescrito con el director Noah Baumbach, quien también ha sido su novio por varios años. Junto con "Frances Ha", las dos películas han servido para conocer a Gerwig, quien ya era considerada una de las mejores y más auténticas actrices de su generación.

"Mistress", una película de farsa inspirada en la década de 80 y "Frances" una historia inspirada en la Nueva Ola francesa sobre los problemas de ser veinteañero, demuestran que Gerwig es tan deliberada como intuitiva. Aunque sus personajes sinceros y confundidos tienen vidas borrosas y desordenadas, eso no significa que no estén finamente construidos.

"Está ampliando el espectro de lo que hace", dijo Baumbach, quien primero la eligió para un papel junto con Ben Stiller en "Greenberg" antes de que ambos estrecharan su relación mientras hacían "Frances Ha". "Es una verdadera voz. Creo que no me equivocaría al decir que tiene una voz de autoridad antes de haber realmente dirigido una película".

Pero como dijo Gerwig una mañana reciente de verano, "ahora eso está en proceso". Tras su entrevista concluirá sus planes para dirigir un guion que escribió llamado "Lady Bird" que se desarrolla en su ciudad, Sacramento, California. Lo filmará en marzo con Scott Rudin como productor.

Así que ya sea en una moto acuática o cualquier otra metáfora que venga a la mente, Gerwig está en movimiento. Hasta ahora su carrera, que comenzó en la cintas de bajo presupuesto y actores amateur de Joe Swanberg (algunas de las cuales coescribió en parte) y se ha desarrollado en pilotos de comedias fallidas, y películas de gran presupuesto como "Arthur" y "No Strings Attached", ha sido descrita en múltiples ocasiones como saltando entre lo independiente y lo masivo.

Pero en películas de cualquier tamaño, ya sea que trabaje frente o detrás de la cámara, la estética de Gerwig — rara, divertida, sin artificios — es especialmente constante. Es como el reverso de "The Purple Rose of Cairo"; en vez de que un personaje salga de la pantalla, ella es una persona real entrando en ella, y está feliz de hacerlo en cualquier género.

Para "Mistress America," el modelo eran películas como "Something Wild" de Jonathan Demme y "After Hours" de Martin Scorsese, comedias de aventuras inesperadas impulsadas por personajes predominantemente carismáticos.

La película se creó alrededor del personaje de Gerwig, Brooke, un remolino de 30 años con ambiciones profundas pero deficientemente planeadas. Brooke hace diseño de interiores, da clases de spinning e intenta abrir un restaurante en Manhattan llamado Mom's.

Su órbita embriagadora atrae e Tracy (Lola Kirke), su futura hermanastra, una estudiante de reciente ingreso y escritora en ciernes del Barnard College (donde también estudió Gerwig para aprender dramaturgia). Las dos se encuentran en Nueva York antes de que, con un auto lleno de otros personajes detrás, comiencen un viaje a Connecticut, lo que prepara el escenario perfecto para una bomba maniaca.

"Queríamos emular esas películas donde todo se vuelve una locura. Quizá nuestros inversionistas preferirían que no hiciéramos películas de esa manera", dijo Gerwig, riendo. "Pero no sé, nadie iba a ganar dinero de todas formas, parecía que no tenía sentido que no nos divirtiéramos".

En el centro de la película está la amistad entre Brooke y Tracy, quien está maravillada con la gran Brooke. Tracy comienza a escribir historias que glorifican y también llenan de humildad a Brooke, quien ha estado moviéndose demasiado rápido como para darse cuenta que su juventud se le está yendo.

Al igual que en la más reciente película de Baumbach, "While We're Young", y "Frances Ha", gran parte del drama surge cuando los personajes llegan a aceptar su lugar en la vida.

"No conozco a mucha gente que dice 'tengo 36 y me siento fenomenal con eso y no trato de ser más viejo o más joven de lo que soy''', dijo Gerwig, de 32 años. "Siempre me he sentido vieja y más vieja de lo que debería ser y un poco avergonzada por eso. La primera vez que mentí sobre mi edad tenía siete años y dije que tenía seis. De alguna manera fue como sentir que desde entonces me estaba quedando atrás".