Casi dos décadas después de debutar en el cine de la mano del director mexicano Alfonso Arau en el drama romántico 'Un paseo por la nubes', protagonizado por Keanu Reeves y Aitana Sánchez-Gijón, Debra Messing -la actriz de la popular serie 'Will y Grace'- ha querido sincerarse acerca de la terrible experiencia que supuso para ella rodar dicha película, debido a los comentarios despectivos que Arau realizaba acerca de su nariz sin importarle que estuviera presente.
"Nunca antes había rodado una película y tenía que protagonizar una escena de pasión con Keanu Reeves. Comenzamos a rodar y, de repente, nuestro famoso director grito 'corten' y dijo: ¿Cómo de rápido podemos conseguir un cirujano plástico? Su nariz está arruinando la película'. Me quedé de piedra", reveló la guapa pelirroja durante su intervención en la conferencia MAKERS organizada por ELLE.
En aquel momento, la intérprete de ahora 48 años no podía dar crédito a que fuera su físico, y no su preparación académica o su talento, lo único que le importaba al célebre cineasta.
"Hasta entonces me había sentido muy segura de mí misma, recién salida de la universidad con mi máster en actuación. Había estudiado en Londres y estaba más que preparada, pero en cuanto entré en el set de rodaje me vi reducida a una simple nariz, una poco apropiada para Hollywood".
Sin embargo, el desafortunado comentario del mexicano sobre su nariz no es el peor recuerdo que Debra Messing guarda de él. Según la actriz, Arau también la presionó para que accediera a realizar un desnudo que inicialmente no aparecía en el guion y que finalmente no fue incluido en el montaje final.
"Me tiró la sábana encima, me trató como si fuera un pañuelo usado, y después se marchó sin dirigirme la palabra", explicó la artista, que recordando ahora lo sucedido con la perspectiva que otorga el paso del tiempo considera que se trató de una "artimaña" para consolidar la posición de poder del cineasta sobre ella y acabar con su orgullo.
Curiosamente, actriz y director volvieron a verse las caras por casualidad nueve años después de trabajar juntos, un encuentro durante el que él se mostró encantador para sorpresa de Debra.
"Me dijo: '¡Querida! Ha pasado tanto tiempo, qué divertida estuviste en esa película, me alegro mucho de verte!'. Yo le di las gracias, seguí con mi camino y nunca más volvía mirar atrás".
A pesar de las secuelas emocionales que le dejó aquella experiencia, con el paso del tiempo Debra aprendió a hacer oídos sordos a las 'recomendaciones' sobre su físico para aceptarse tal y como es."Tengo una nariz con personalidad, y unos pechos pequeños. Soy jodi**mente original. Mi nariz y yo hemos llegado muy lejos y, al igual que Barbra Streisand, he decidido no cambiarla".
FUENTE: Showbiz