El síndrome del nido vacío y cómo se enfrentan a ello los padres se ha contado en el cine de muy diversas maneras, y muchas veces desde la comedia, pero en la cinta brasileña "Benzinho", Gustavo Pizzi apuesta por una visión amorosa y feminista: la de una madre inmensa que interpreta Karine Teles.
Es la mirada de la actriz, escritora y guionista de la película junto a Pizzi, la que convierte a esta película, que se estrena esta semana en España y el día 23 en agosto en Brasil, en un pozo de amor sin fondo: a los hijos que se van de casa, a su pareja, a su hermana y, lo mejor, a ella misma.
"Yo soy madre, mujer y feminista y era importante para mí trabajar a Irene desde el punto en el que ella entiende sus capacidades, su potencial; hacer que se pregunte por su lugar en el mundo, y que se posicione", explica la brasileña en una entrevista con Efe.
La película, que triunfó en el pasado Festival de Cine en Español de Málaga, donde ganó la Biznaga Latina y el premio de la crítica, sigue a Irene (Teles), que estudia su Graduado Escolar mientras cuida de sus cuatro hijos y vende textiles en su furgoneta.
El hogar familiar se cae literalmente a trozos y Klaus, el marido (Ottavio Müller), no consigue sacar adelante sus ideas de negocio; el hijo mayor (Konstantinos Sarris) ha triunfado en el balonmano y lo ficha un club alemán: les quedan solo unos días para superar la ansiedad de perderlo.
Al síndrome de "nido vacío", el director suma la violencia de genero, que sufre Sonia, la hermana (Adriana Esteves), que llega a la casa con su hijo.
"Irene no lo dice con palabras, no se expresa con razonamientos muy elaborados, pero ella no se deja llevar por el papel clásico de la mujer, o las obligaciones que hubiera podido tener, por ejemplo, mi madre, sino que desarrolla su faceta de mujer en ese camino de mejora", apunta Teles, quien reconoce que comparte "toda esa fuerza" de Irene.
"Eso es muy mío, también de otras mujeres", añade, y comenta que era un deseo suyo "personal" mostrar el feminismo "desde un punto de vista afectivo, porque el machismo perjudica mucho a la sociedad pero, sobre todo, a muchos hombres que tienen otro punto de vista emocional".
El guion, explica Teles, lleva escrito más de cinco años; cuando lo empezaron, el director Gustavo Pizzi y ella eran pareja. Solían escribir por separado y después lo miraban en común y volvían a reescribir.
Sin ser autobiográfica, como sí era la anterior película de la pareja -"Riscado" (2010)-, contiene muchas cosas de Pizzi y Teles, entre ellas, sus gemelos de cinco años.
Y, como un personaje más, la casa. Un chalet viejo, lleno de grietas donde no funciona lo básico (los grifos estallan, se va la luz, y hay que entrar y salir por una ventana), como metáfora de "lo que ya no se sujeta en la vida de esta mujer".
"Es la transformación de Irene. La casa vieja ya no se arregla: aquella configuración antigua de la mujer que se queda en casa cuidando a los hijos, sin vida personal, ya no se sostiene. Independientemente de nuestra voluntad, eso va a desaparecer", detalla Teles.
Irene "necesita construir la casa nueva y se niega a dejar al hijo fuera. La casa es el lugar en el que su hijo permanecerá. Ella continuará siendo madre, amando al hijo y teniendo un espacio para él. La nueva casa tiene más espacio, más posibilidades y está más próxima de su deseo. Es la propia transformación de Irene", resume.
Teles dice que la filosofía de la cinta cabe en la frase "siempre adelante".
"La escuché de mi madre y me lo digo a mí misma todos los días. También hay una canción en Brasil que dice 'un paso adelante y ya no estarás en el mismo lugar'. Creo que cualquier avance, aunque solo sea un paso, es transformador y potente. Hay que obligarse a caminar e ir hacia delante. Y juntos", remata.
En su opinión, es una película "bastante optimista" a pesar de que "termina con la familia en una situación muy incierta, sin saber qué será de ellos. Pero está el deseo de una transformación positiva".
Es importante, dice, que "lo que hagamos artísticamente apunte soluciones optimistas. Vivimos malos tiempos, parece que estemos retrocediendo. Por eso -concluye- precisamos tener fuerza para seguir adelante y no desistir".
FUENTE: EFE