Cuando nos convertimos en madres, nos enfrentamos a diversos escenarios, el más difícil es cuando nuestro (a) bebé se enferma y no sabemos qué tiene, llora y no nos dice con claridad qué siente, es allí donde acudimos al médico y comienza la desesperación; después de lo vivido con mi hija, hoy les compartiré todos los detalles sobre la herpangina, un virus que puede darle a los niños desde los 2 años hasta los 10 apróximadamente.
Se contagia por el contacto con la saliva, al toser y estornudar. También, al tocar heces infectadas y llevarse después la mano a la boca. Puede aparecer como pequeñas epidemias en colegios, guarderías, campamentos o como casos aislados. Ocurren sobre todo en los meses de verano.
Antes de continuar, aquí quisiera hacer un paréntesis e indicarles la importancia de estar atentos en el lugar donde solemos dejar a nuestros hijos al cuidado de varias personas mientras trabajamos, las guarderías, en realidad este tema para mí como madre ha sido bien difícil desde el inicio, ya que mi bebé ha presentado varias enfermedades o virus en estos lugares, es por eso que es muy importante que en la guardería existan hábitos de higiene permanente, no sólo de los espacios y juguetes, sino que cada teacher se lave bien las manos después de cada cambio de pañal y antes de manipular las comidas que diariamente le ofrecen a los bebés.
Mi bebé tiene dos años y dos meses, aún utiliza el chupete pero estamos tratando de que poco a poco lo deje, ya que éste represente un foco importante de bacterias. La herpangina se puede encontrar durante bastante tiempo sobre muebles, suelo, colchonetas, juguetes y chupetes. Esto ayuda al contagio entre una persona y otra.
¿Cuáles son los síntomas?
El período de incubación es de 3 a 5 días, aunque puede ser de 1 a 10 días. En este tiempo, el niño puede contagiar el virus sin presentar todavía síntomas. El inicio de la herpangina suele ser brusco. Los síntomas típicos son la fiebre (con picos de hasta 39-40ºC) y el dolor de garganta; además, pérdida del apetito e irritabilidad. En algunos casos pueden presentar vómitos.
En el caso de mi hija, se le presentó primero como un resfriado, pensábamos que era eso, así que le di Corilín, entonces cuando parecía que el resfriado se fue, allí comenzó todo, en una noche comenzó a llorar y cuando la tocamos estaba prendida en fiebre, la llevamos tempranito al Hospital de Especialidades Pediátricas que está en Vía España, pero lamentablemente nos fue fatal, no supieron qué tenía la bebé, incluso nos tocó una doctora recién graduada que estaba como perdida, ella le abrió la garganta a mi bebé pero ni se la vio bien, así que pensó que era un resfriado común, nos fuimos y ese día ambos perdimos el día de trabajo, debíamos estar con mi bebé ya que la fiebre continuaba y el malestar era cada vez mayor, ella come bastante y ese día no quiso nada.
Al día siguiente decidimos llevarla a una clínica cercana a nuestra casa, en Arraiján, entonces allí como madre le di gracias a Dios, pues él en estas situaciones siempre nos da señales, ese día el pediatra con lo que le narraba de los síntomas, supo qué tenía mi hija en menos de dos minutos, nos explicó que la fiebre podría durar de 3 a 5 días y que le diéramos helado, gelatina y cosas frías para aliviarle un poco la garganta, le recetó medicamento para la fiebre pero supositorio porque mi bebé es muy difícil para tomar medicinas y un spray para la boca que le aplicamos cada 6 horas, dos veces.
En términos sencillos, la herpangina son como especies de manchitas rojas en el fondo de la boca (por delante de las amígdalas, paladar blando, campanilla, pared anterior y posterior de faringe). Son raras en otras partes de la boca. Después forman vesículas de 1-2 mm. A las 48 horas pequeñas úlceras de bordes rojos y muy dolorosas; las mismas pueden tardar hasta una semana en curar. La recuperación es completa.
Definitivamente que la prevención es súper importante, en las guarderías deben cumplir con ciertas medidas para evitar el contagio en los niños:
Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos cada vez que limpian por ejemplo, la nariz del niño. Cada vez que se cambia un pañal. Después de ir al baño. Antes de manipular los alimentos. Las superficies y objetos que están en contacto con secreciones de la boca, respiratorias o heces deben de limpiarse y desinfectarse con productos a base de cloro. Los productos alcohólicos no son efectivos. Y por favor, NO lleven a su niño o niña si saben que tiene el virus a la guardería, eso hará que aumente la cantidad de niños infectados y no ayudará en nada; es otro problema y sería otro tema a desarrollar de mi parte, como madre observo que en muchas ocasiones los padres dejan a sus bebés enfermos en las guarderías, es importante cuidar nuestro trabajo y cumplir con nuestras labores diarias, pero lamentablemente cuando nos convertimos en madres ese es uno de los escenarios que enfrentamos, lo más recomendable cuando nuestro (a) bebé se enferma es no llevarlo y atenderlo en casa. ¡Que Dios me los bendiga!