La pandemia del coronavirus nos ha cambiado la vida a todos y hoy quiero compartir con ustedes nuestra experiencia con la salud de nuestra niña, específicamente la visita al pediatra después de más de un año sin llevarla, por miedo al riesgo de contagio del COVID-19.
Después de no llevarla al pediatra por más de un año, comprendí la importancia de tener un control de salud, porque como padres eso nos permite detectar cualquier problema de manera temprana y aplicarles las vacunas que los resguardarán de cualquier enfermedad.
En realidad aún cuando mi niña no se enfermó, quedé encantada con su actitud con su doctora, le encantó que la revisara, que la pesaran, la midieran, le revisaran el pechito, sus latidos del corazón, la espalda, etc., estaba muy feliz y al salir de la consulta no quería salir de la sala de espera de la clínica, por los juegos que tienen para entretener a los pacientes.
Muchas madres sentimos miedo de contagiarnos con COVID-19 y es por eso que pensamos en que es mejor no llevar a nuestros hijos a su control médico, pero en realidad me di cuenta que es un error, así como los protegemos en casa, pues hagámoslo cada vez que salgamos, pero no podemos tenerlos en casa todo el tiempo; además de que sus controles médicos son muy necesarios, también lo son el socializar con otros niños, el correr en un parque, ir a la playa, al cine, etc.
Definitivamente, debemos adaptarnos a la situación actual de la pandemia del coronavirus y seguir adelante, pues la salud de nuestros hijos y la de todos es fundamental. ¡Que Dios me l@s bendiga!