La producción de opio en Afganistán casi se dobló este año frente a 2016, y la superficie de cultivo de la amapola aumentó un 63%, según una nueva encuesta elaborada por el gobierno afgano y Naciones Unidas presentada el miércoles.
En lo que va de 2017, la producción se incrementó un 87% hasta 9.000 toneladas métricas (9.921 toneladas estadounidenses), un record frente a las 4.800 toneladas métricas (5.291 toneladas estadounidenses) cosechadas en 2016.
El terreno destinado al cultivo de amapolas aumentó también a 328.000 hectáreas (810.488 acres) en 2017, un 63% más que las 201.000 hectáreas (496.671 acres) de 2016, según la encuesta elaborada por el Ministerio Antidroga de Afganistán y la oficina de Drogas y Delitos de la ONU (UNODC, por sus siglas en inglés).
"Es hora de que la comunidad internacional y Afganistán prioricen la lucha contra las drogas, y de reconocer que cada nación tiene una responsabilidad compartida en este problema global”, dijo el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov, según fue citado en el comunicado.
La subida en la producción se debe principalmente al incremento de las zonas de cultivo, aunque el aumento de las cosechas de opio también contribuyeron a esta tendencia. El mayor auge en las cosechas se registró en el sur, donde crecieron de media un 19%, mientras que en el norte y este del país subieron un 14%, explicó el comunicado.
El estudio mostró además que el número de provincias afganas libres de cultivos de amapola pasaron de 13 a 10 ante la conversión de Ghazni, Samangan y Nuristan en regiones productoras, que ya suman un total de 24 en todo el país.
Afganistán es el primer productor mundial de la amapola de la que se extraen el opio y la heroína. Los niveles record de 2017 en la producción de opio y cultivo de amapola crean múltiples desafíos para el país, para sus vecinos y para muchas de las naciones que están en la ruta de tránsito o que reciben los opiáceos afganos.
Los talibanes, que están en guerra con el gobierno de Kabul desde 2001, están muy implicados en el cultivo de amapolas y en la distribución del opio, especialmente en las zonas del país que controlan. El año pasado, los insurgentes redoblaron sus ataques contra las fuerzas de seguridad nacionales tanto en el norte como en otras zonas.
En 2017, la campaña del gobierno para erradicar el cultivo de la planta llegó a 14 provincias, frente a las siete de un año antes. Durante la última de estas campañas, seis personas murieron y ocho resultaron heridas en ataques perpetrados por talibanes y narcotraficantes.
FUENTE: AP