NUEVA YORK (AP). Malcolm Gladwell, el periodista de la revista New Yorker que ganó elogios por sus libros "The Tipping Point" y "Blink", pondera esas preguntas en su nuevo libro, "Outliers: The Story of Success" (Casos atípicos: La historia del éxito), que ha estado en la lista de más vendidos en Amazon.com desde que salió el 18 de noviembre.
Outlier es un término en inglés para las personas o los datos estadísticos que se salen de las normas. Gladwell lo emplea para referirse a "hombres y mujeres que hacen cosas fuera de lo ordinario".
En su nuevo libro, Gladwell sostiene que éxito, incluso en la escala de Gates, o Mozart o los Beatles, no es cosa de genio innato, sino una mezcla de habilidad, suerte y voluntad de esforzarse.
"Esos tres temas del libro son actitudes hacia el trabajo, legado cultural y suerte", dijo Gladwell. "El éxito es una combinación de los tres".
Gladwell habló en un café frente al edificio de la NBC antes de aparecer en el programa "Today" de esa cadena televisiva para promover su libro.
"Outliers", publicado por Little, Brown and Co., menciona algunos de los golpes de suerte que hicieron exitosos a Gates, los Beatles y el pionero de la internet Bill Joy.
Gates y Joy tenían acceso a computadoras al inicio de la era cibernética y pasaron incontables horas programando cuando eran adolescentes.
Ellos fundaron Microsoft y Sun Microsystems no sólo porque eran brillantes, sino porque tuvieron oportunidades extraordinarias y aprovecharon esas oportunidades con trabajo arduo.
La escuela privada a la que asistió Gates en Seattle tenía un club de computadoras en 1968, cuando la mayoría de las universidades ni siquiera los tenían. Una de las madres en la escuela consiguió que el club probase programas informáticos a cambio de tiempo de programación gratis.
Gladwell dijo que Gates, a quien entrevistó, sabe que él se benefició de una confluencia de circunstancias.
"Supongo que me sorprendió un poco lo genuinamente humilde que él se veía acerca de lo que ha logrado, o al menos de lo claro que está sobre la suerte que ha tenido", dijo Gladwell. "Con su propio enfoque racional vio su vida y listó una por una esas cosas extraordinarias que le permitieron ser experto en programación de computadoras mucho antes que cualquier otra persona en su generación".
Gladwell piensa que los estadounidenses tienen demasiada fe en la habilidad innata y muy poca en la suerte o el trabajo arduo.
"Si realmente creemos en el viejo dicho de que la forma de llegar al (famoso salón de conciertos) Carnegie Hall es práctica y más práctica ¿por qué tenemos programas para niños talentosos en las escuelas públicas?", preguntó.
"Una vez usted entiende que el éxito en la vida es resultado de actitudes hacia el trabajo y legados culturales, entonces ¿por qué demonios usted va a separar a los niños sobre la base de talento innato cuando tienen ocho años?".
Gladwell habla del sistema de educación estadounidense directamente en un capítulo.
Cree que las escuelas "charter" _ escuelas primarias o secundarias que reciben fondos públicos pero que pueden no acatar algunas de las reglas y estatutos que se aplican a otras escuelas públicas, como acortar las vacaciones de verano, a cambio de producir ciertos resultados _ son buenas para niños pobres que se retrasan cuando no hay escuela porque olvidan lo que han aprendido.
Los estudiantes de familias de más recursos no olvidan tanto durante el verano porque viven en casas con más libros y se van a campamentos veraniegos con componentes educativos.
"Los niños de clase media y alta estudian en su tiempo propio", dijo Gladwell. "Y eso significa que los niños pobres no los alcanzan".
"Malcolm cree firmemente que si uno cambia las circunstancias bajo las que vive y trabaja la gente, uno puede cambiar el resultado", dijo su viejo amigo Bruce Headlam, un periodista especializado en medios de comunicación que creció con Gladwell en la pequeña ciudad canadiense de Elmira.
"El siempre ha tenido problemas con la gente que dice: 'Tengo éxito porque soy excepcional'".
La sección más provocativa de "Outliers" lidia con el papel del legado cultural.
Gladwell argumenta que las personas de ciertas partes de Asia son buenas en matemáticas no porque posean una ventaja genética, sino por factores que incluyen una voluntad para esforzarse que avergüenza a otras culturas.
En un capítulo llamado "Arrozales y Exámenes de Matemáticas", Gladwell atribuye esa actitud en parte a siglos de trabajo en los campos de arroz, que implican ardua labor los 12 meses del año.
En contraste, dice, un campesino en la Europa del siglo XVIII trabajaba duramente durante las etapas de cultivo y cosecha, pero estaba relativamente en ocio el resto del año.
Gladwell dice que a muchos asiáticos les molesta el estereotipo de trabajadores incansables.
"Creo que en lugar de sentirse molestos por ese estereotipo, se trata de algo extraordinariamente hermoso en la cultura asiática", dijo. "Es algo que todos deberíamos emular".
Similarmente, Gladwell examina la historia de los inmigrantes judíos en Estados Unidos y encuentra que trabajar en los negocios textiles fue un "campo de entrenamiento" para crear médicos y abogados.
"Los inmigrantes judíos han sido tan extraordinariamente exitosos en Estados Unidos durante el siglo XX, algo que obviamente muchos han tratado de descifrar", dijo. "Durante mucho tiempo la noción de que existía un componente intelectual especial en la cultura religiosa judía que les daba ventaja fue la explicación principal".
Sin embargo, Gladwell considera que el sector textil, que era altamente independiente y emprendedor y requería una inversión mínima de un par de máquinas de coser, fue una mejor ruta para el éxito que las labores manuales que otros inmigrantes realizaron hace 100 años.
"Cuando usted ve a los profesionales judíos, los médicos no son los hijos de rabinos; son los hijos de los sastres", dice Gladwell.
Otro capítulo provocativo, "La teoría étnica de accidentes de aviones", examina el papel de la cultura en los accidentes del Avianca 052 y el vuelo 801 de Korean Air en 1997. Además del estado del clima y fatiga del piloto, Gladwell culpa de esos desastres a tripulantes cuyo legado cultural les hizo demasiado deferentes para comunicar claramente que el avión se estaba cayendo.
Gladwell, que tiene 45 años y vive en Nueva York, examina su propia herencia en el último capítulo "Una historia jamaiquina". Su madre, Joyce, era descendiente de un cafetalero irlandés y la esclava que él trajo al hemisferio alrededor de 1780.
Joyce Gladwell experimentó racismo de los blancos al mismo tiempo de que gozó de un mejor estatus que los jamaiquinos de piel más oscura, y ella escribió sobre su tormentosa identidad racial en sus memorias, "Brown Face, Big Master", publicadas en 1969.
"Ella siempre ha sido mi modelo como escritor", dijo Gladwell.
FUENTE: Agencia AP