La Organización de Naciones Unidas (ONU) continúa sintiendo, veinte años después, "vergüenza" por no haber podido impedir el genocidio en Ruanda, declaró el lunes en Kigali su secretario general, Ban Ki-moon, en el comienzo de las conmemoraciones oficiales del aniversario de esta tragedia.
Destacando "el extraordinario valor" del personal de la ONU que había entonces en Ruanda, Ban agregó: "Habríamos podido hacer mucho más. Habríamos tenido que hacer mucho más. Los cascos azules fueron retirados de Ruanda en el momento en que más se necesitaban [...] En el espacio de una generación, la vergüenza no se ha borrado".