La fiscalía de Los Ángeles solicitó este jueves la reapertura del caso de los hermanos Menéndez, quienes fueron condenados en 1996 a cadena perpetua por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en un caso marcado por supuestos abusos.
Durante una conferencia de prensa, el fiscal expresó que recomendará este viernes a un tribunal que se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que los hermanos sean condenados nuevamente por asesinato. Esta decisión podría abrir la puerta a la eventual liberación de Lyle y Erik Menéndez, quienes cumplen su condena sin libertad condicional en una prisión cerca de San Diego.
Aunque la recomendación del fiscal tiene peso en la solicitud de reapertura del caso, será el juez quien determine el futuro de los hermanos. La vista del caso está programada para la última semana de noviembre.
La oficina fiscal de Los Ángeles informó el pasado 3 de octubre que estaba revisando nuevas evidencias de posible abuso sexual, presentadas por los abogados de los hermanos Menéndez ante un tribunal.
Entre estas pruebas se incluye una carta en la que uno de los hermanos confiesa a un familiar que estaba siendo víctima de abusos, así como el testimonio de un ex trabajador de la empresa del padre, quien alega haber sido abusado por José Menéndez.
Aunque la fiscalía continúa sosteniendo que los hermanos cometieron los asesinatos, ha considerado revisar estas pruebas para evaluar si es necesaria una nueva sentencia.
Hermanos Menéndez condenados a cadena perpetua por asesinar a sus padres
Los hermanos Menéndez fueron condenados a cadena perpetua en 1996 por planear y ejecutar el asesinato de sus padres la tarde del 20 de agosto de 1986, en su casa ubicada en la lujosa localidad de Beverly Hills. Para llevar a cabo el crimen, utilizaron escopetas que habían comprado días antes.
Lyle y Erik, de 21 y 18 años, respectivamente, afirmaron inicialmente a las autoridades que encontraron los cuerpos sin vida de sus padres tras haber pasado la tarde fuera de casa. Sin embargo, el caso cobró especial relevancia cuando, poco después, los hermanos comenzaron a llevar una vida de lujos y excesos tras acceder a la fortuna de su padre, lo que levantó sospechas en las autoridades.
La investigación avanzó cuando la novia del psicólogo de Erik informó a la policía sobre la existencia de sesiones grabadas en las que ambos admitían y discutían su culpabilidad. Aunque la Fiscalía argumentó que el motivo del crimen fue heredar la fortuna familiar, los hermanos alegaron, y sostienen hasta la fecha, que sus acciones fueron consecuencia de años de abusos físicos, emocionales y sexuales por parte de su padre.





