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Noticia del bebé abre nueva etapa en la relación de Guillermo y Catalina

LONDRES (AFP). El anuncio de que el príncipe Guillermo y su esposa Catalina esperan su primer hijo es la culminación de una relación de 11 años que comenzó como una amistad, se transformó en amor y se oficializó con una boda de cuento de hadas ante los ojos del mundo.

La pareja real nunca ocultó su deseo de fundar una familia que les obligará a hacer malabarismos para compatibilizar sus compromisos públicos con los cambios de pañales, las noches en blanco y otras obligaciones paternas.

También deberán lidiar a diario con el interés mundial por el bebé, quien se convertirá en el tercero en la línea de sucesión por detrás de su abuelo, el príncipe Carlos, y de su padre, desplazando a su tío Enrique.

A pesar de su fastuosa boda en abril de 2011, la pareja siempre ha intentado mantener su vida privada en un segundo plano.

Viven en una pequeña casa en una zona remota del noreste de Gales, cerca de la base aérea donde Guillermo trabaja como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate. Siguen por lo tanto fieles a sí mismos, ya que su relación también comenzó lejos de las miradas en una pequeña ciudad escocesa.

Catalina, que se enamoró platónicamente del príncipe estando en el colegio y tenía un póster de él en su habitación, admitió que la primera vez que se encontró con Guillermo en septiembre de 2010, cuando ambos llegaron a la Universidad de Saint Andrews, se "puso muy roja " y se eclipsó.

Guillermo dijo, sin embargo, en una entrevista en noviembre de 2010 con ocasión de su compromiso que siempre supo que " tenía algo muy especial ".

Catalina influyó desde muy pronto en Guillermo, caundo le convenció para que cambiara la carrera de Historia del Arte por la de Geografía, sin abandonar la universidad.

A su vez, Guillermo siempre se mostró muy protector. Habiendo sido testigo de las dificultades de su difunta madre, la princesa Diana, para adaptarse a la vida real, dijo que esperó a proponerle en matrimonio para darle una oportunidad de "retirarse si lo necesitaba ".

En el tercer año de Universidad vivían en una casa compartida. La prensa los relacionó por primera vez en la Navidad de 2003, y cuando en marzo de 2004 se publicaron sus primeras fotos de unas vacaciones en la nieve el palacio no negó que salieran juntos.

La pareja sobrevivió a alguna separación temporal, especialmente una ruptura confirmada por el palacio en 2007, cuando su carrera militar llevó a Guillermo a vivir en el cuartel y a protagonizar publicitadas salidas nocturnas.

A los pocos meses, no obstante, volvían a ser pareja y Catalina ha dicho que este episodio le hizo " más fuerte ".

Después de irse a vivir a juntos cuando Guillermo empezó a trabajar en la base Valley de la RAF, el príncipe le pidió finalmente en matrimonio durante unas vacaciones en Kenia en octubre de 2010, deslizándole en el dedo el anillo de zafiro y brillantes de Diana.

Su boda, el 29 de abril de 2011, fue una mezcla de tradición y espontaneidad, que insufló nuevos aires a la monarquía británica.

Dos millones de personas salieron a la calle a aclamarlos y otros 2.000 millones en todo el mundo miraron el momento en que Catalina remontaba con lágrimas en los ojos el pasillo central de la Abadía de Westminster camino del altar.

El tema del bebé siempre estuvo presente, pero Guillermo dijo que iba a ir " paso por paso ".

La pareja realizó su primera gira en junio y julio del año de su boda, cuando visitaron Canadá y California con una agenda que mezclaba obligaciones ceremoniales con otras actividades más desenfadadas.

También pasaron siete semanas separados, durante la polémica misión que el príncipe Guillermo llevó a cabo en las Malvinas en febrero y marzo de este año.

Catalina, que se quedó con su perro Lupo, aprovechó la ausencia de su marido para llevar a cabo sus primeros compromisos en solitario.

En septiembre pasado, la pareja viajó a Singapur, Malasia, Tuvalú y las islas Salomón en representación de la reina Isabel con motivo de las celebraciones del 60º aniversario de su entronización.

Los comentaristas reales especularon con que no querían eclipsar el Jubileo con un anuncio de embarazo, pero la noticia del bebé garantiza a la familia real que el nuevo impulso monárquico continuará por lo menos hasta 2013.

FUENTE: Agencia AFP