La oscarizada Julianne Moore siempre ha tratado de cultivar un sentido de la moda basado, entre otras cosas, en su deseo de no llamar la atención más de lo debido y también en su convencimiento de que le favorecen mucho más las prendas clásicas y atemporales que aquellas que, aunque estén de moda en un momento determinado, con el tiempo podrían acabar formando parte de su historial de apariciones públicas más embarazosas.
"Cuando era adolescente, era bastante conservadora con la ropa y la verdad es que no he cambiado demasiado. Mi madre nos daba un poco de dinero a mi hermana y a mí al principio del curso escolar para que lo gastáramos como quisiéramos. Mi hermana siempre iba a esos sitios donde te puedes comprar un montón de cosas por poco dinero, pero yo prefería comprarme una falda y un jersey muy discretos con lo que tenía", ha explicado en conversación con Vogue.
Precisamente por esa concepción tan sobria que tenía de su propia estética, la afamada intérprete no recuerda haber tenido uno o varios "referentes de estilo" durante su época en el instituto, e incluso a día de hoy le invade una sensación de cierta incomodidad y pudor cuando cree haberse enfundado en un conjunto demasiado moderno para lo que de verdad le representa.
"Creo que ahora me siento mejor conmigo misma, en el sentido de que soy feliz cuando no arriesgo y me pongo lo que me sienta bien. Cuando me veo de algún modo forzada a ponerme algo que está en boga, me siento mal conmigo misma porque sé que no está hecho para mí, así que ya no suelo hacer ese tipo de cosas", ha concedido a la misma publicación para, justo a continuación, poner como ejemplo de ese ya superado hábito el vestido de satén que lució en los Globos de Oro del año 1998, donde estaba nominada por su aclamado papel en la cinta 'Boogie Nights.
FUENTE: Showbiz