Esta misma semana la princesa del pop ha compartido una publicación en Instagram acerca del polémico documental 'Framing Britney', que analiza su crisis nerviosa de 2008 y el acoso mediático que sufrió entonces, para confesar que no lo ha visto, pero que aun así había llorado durante dos semanas por la atención que ha colocado de nuevo sobre su persona.
Muchos de sus seguidores están convencidos de que ella no redactó realmente el mensaje en cuestión y su antiguo maquillador Billy Brasfield comparte esta opinión. Según ha desvelado ahora, la propia artista le habría confesado que no tiene ningún control sobre el texto que acompaña al contenido que sube a la red social y sostiene que ambos hablaron de este tema anoche después de que él leyera su última entrada en Instagram solo para darse cuenta que no podía haber sido escrita por Britney.
"Lo más triste es que esa publicación es básicamente una narrativa que denuncia a sus fans y al movimiento Free Britney y a las personas que ahora están analizando a fondo los hechos y todo lo que le ha sucedido", ha lamentado Brasfield en declaraciones al portal Page Six.
La actividad de la cantante en la esfera virtual, que se desmarca de la cuidada estética que impera en las cuentas de otras celebridades, ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos. Los defensores del movimiento #FreeBritney, que reclama el final de la tutela legal a la que vive sometida, han interpretado muchos de sus vídeos y fotografías como un mensaje de socorro, pero otras voces apuntan a que su comportamiento aparentemente errático sería una prueba más de que aún no está lista para recuperar el control sobre sus finanzas y su vida personal.