TUCSON, Arizona, EE.UU. (AP). La Patrulla de Fronteras está ensayando un nuevo método de reprimir a quienes arrojan piedras a sus agentes: rifles con balas de gas pimienta o "paintballs", que manchan con pintura.
Agentes de la zona de Tucson, San Diego y Yuma están siendo entrenados para responder con esas armas si son agredidos con piedras desde el lado mexicano de la frontera.
Se dice que rociar de pintura a los agresores o bañarlos en gas pimienta es una forma efectiva e inocua de combatir este tipo de incidentes, que son cada vez más comunes en la frontera.
"Funciona muy bien", comentó el portavoz de la Patrulla de Fronteras Ramón Rivera. "Es una gran ayuda para los agentes".
La Patrulla de Fronteras distribuyó en octubre entre sus agentes unos 1.000 rifles de "paintballs". El arma, conocida como la FN303, es fabricada por una compañía belga y reemplazó otro modelo distinto de rifle de "paintballs" que había sido usado durante tres o cuatro años en Nogales, Arizona, aunque sin tanto éxito, según Rivera.
Si uno es alcanzado por uno de estos proyectiles desde una distancia de hasta 75 metros (250 pies), sufre un fuerte magullón que puede estar acompañado por una picazón intensa y queda manchado con pintura. "Es una mancha que uno no se limpia así como así", expresó el agente Lloyd Esaterling.
"Queda claro que uno ha sido alcanzado por uno de estos proyectiles. Es como un llamado de atención, que busca convencer a la persona de que no siga haciendo esto", agregó.
Jennifer Allen, directora de la Border Action Network (Red de Acción en la Frontera), una organización defensora de los derechos humanos con sede en Tucson, dijo que se siente alentada por la actitud adoptada por la Patrulla de Fronteras.
"Hemos estado pidiéndoles que emplean respuestas que no sean letales", señaló. "Que entrenen a sus agentes para que sepan como reducir las tensiones en lugar de agravarlas, y den una respuesta acorde al nivel de la amenaza".
"Nos complace el que la Patrulla de Fronteras haya adoptado esta actitud y esté implementando estrategias que no ponen en peligro la vida de los demás", declaró Allen. "De todos modos, sospecho que el nivel de violencia va a seguir aumentando en la frontera hasta que se apruebe una reforma integral a las leyes migratorias".
Los apredreos generalmente se producen cuando hay grupos de personas que esperan la oportunidad de ingresar ilegalmente a Estados Unidos, o poco después de que lo han hecho.
Los incidentes de ese tipo han aumentado significativamente en los últimos tiempos. No solo se tiran piedras, sino que pueden embestir a agentes con vehículos, arrojar bombas incendiarias o incluso disparar con armas.
Entre el 1ro de octubre y el 31 de marzo, hubo 577 ataques a agentes, comparado con los 426 registrados en el mismo período hace un año. La cantidad de apedreos subió de 273 a 424.
Los agentes de la zona de San Diego fueron apedreados en 217 ocasiones en el año fiscal que comenzó en octubre. En Tucson hubo 132 episodios de esa clase.
Easterling dijo que los rifles que disparan pintura o gas pimienta cumplen su cometido de contener el comportamiento agresivo.
"El objetivo es controlar la amenaza e incapacitar al agresor sin causar lesiones graves", manifestó.
Rivera dijo que hubo 21 episodios en los que se dispararon rifles de "paintballs".
Los rifles que disparan esos proyectiles tienen una longitud de 73,6 centímetros (29 pulgadas) y se asemejan a los lanzagranadas usados en Vietnam, pero solo pesan 2,2 kilos (5 libras).
La mayor parte del tiempo, indicó Rivera, "hacemos lo que se denomina una maniobra de saturación: disparamos balas de gas pimienta hacia un grupo de gente que arroja piedras para que dejen de hacer algo que puede lastimar o incluso matar a un agente".