QUITO. (AP) La mexicana Lucía Morett, una de las tres sobrevivientes del ataque colombiano a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, abandonó Ecuador con destino a Nicaragua, país que le ofreció garantías a su seguridad, se informó el jueves.
Decidió "irse por seguridad y porque se le daban las garantías. Nicaragua le daba las garantías de su seguridad personal", afirmó a la AP, Sergio Gaete, de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (ALDHU), organización basada en Quito, que representa en materia jurídica a las tres heridas.
La joven de 26 años salió la mañana del miércoles sin conocimiento de la prensa, acompañada de sus padres Jorge Morett y María de Jesús Alvarez. Gaete explicó que una vez en Nicaragua, Morett "tiene que tramitar el refugio directamente".
La mexicana sostiene que no ha cometido ningún delito ante denuncias realizadas en su país sobre posibles vínculos con la guerrilla colombiana. El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México ha pedido a la Procuraduría General extraditar a Morett para investigar sus presuntos vínculos con las FARC.
La estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, llegó al Ecuador acompañada de otros cuatro mexicanos (una mujer y tres hombres) el 31 de enero para asistir al II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana que reunía a grupos de izquierda y en el que se presentó un vídeo con el saludo de Raúl Reyes, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En la acción, que provocó una crisis regional y derivó en la decisión de Ecuador de romper sus relaciones con Colombia, murieron 25 personas, incluidos Reyes, los cuatro mexicanos y un ecuatoriano.
Los mexicanos fueron contactados por una persona no identificada para viajar hasta el campamento guerrillero en la selva ecuatoriana, a dos kilómetros de la frontera con Colombia, con el fin de hacer una investigación sobre los movimientos insurgentes, según argumentan los familiares de los fallecidos y Morett.
La mexicana, que ha negado cualquier vínculo con las FARC, fue atendida en el hospital Militar de Quito durante más de 20 días por heridas de esquirlas de bombas. Otras dos colombianas, Doris Bohórquez y Martha Pérez, todavía permanecen en la casa de salud.
FUENTE: Agencia AP