Dos directivos de la fábrica de neumáticos Goodyear que pasaron la noche retenidos dentro de la planta en el norte de Francia que la empresa quiere cerrar fueron liberados el martes.
El director y el jefe de recursos humanos de la planta en Amiens, en el norte de Francia, salieron del lugar el martes por la tarde, minutos después de que ingresaran varios agentes policiales.
La planta, que Goodyear ha tratado de cerrar o vender desde hace cinco años, se ha convertido en un símbolo de los problemas laborales en Francia y la retención de los dos directivos, el director de producción y el jefe de recursos humanos, revivieron la alguna vez extendida práctica de secuestro de jefes.
Sylvain Niel, un abogado laboral que ha trabajado en casos similares, dijo que la táctica se desechó porque cualquier acuerdo alcanzado bajo presión después era desechado en los tribunales.
"Es una reacción desesperada", dijo Niel. "No tienen margen de maniobra para evitar el cierre de la fábrica".
La planta de Amiens tiene un pasado especialmente polémico. Los intentos de la compañía por cerrarla se han detenido debido a protestas violentas en los que se han quemado neumáticos, preocupaciones del gobierno y los prolongados procedimientos para despedir a empleados en Francia han retrasado el proceso.
Los secuestros de jefes tradicionalmente han durado de unas pocas horas a un par de días. Bajo la ley francesa se castiga a quienes lo cometan con cinco años de prisión y una multa de 75.000 euros (102.000 dólares) siempre y cuando el directivo sea liberado en menos de una semana.
Sin embargo, la mayoría de las veces los trabajadores no son procesados y en ocasiones tratan de hacer que el tiempo del directivo en cautiverio sea más cómodo.
Mickael Wamen, líder del sindicato, dijo al periódico Courrier Picard que los directivos rechazaron los colchones y frazadas que se les ofrecieron.
"En ocasiones las cosas se agitan, luego se calman, pero no hay maldad alguna", dijo Michel Dheilly, el gerente de producción de la fábrica a los reporteros.
El otro directivo retenido, Bernard Glesser, fue menos optimista y dijo que no haría ninguna declaración bajo presión.
Niel dijo que la policía rara vez interviene, básicamente para evitar que el problema se agrave.
"Básicamente se trata de gente honesta que está desesperada", dijo.
FUENTE: AP