Cientos de personalidades israelíes y dignatarios internacionales asistieron el lunes a una ceremonia oficial en honor del ex primer ministro Ariel Sharon en que recordaron al controversial ex premier como un guerrero intrépido y líder audaz que dedicó su vida a proteger la seguridad de su país.
El vicepresidente norteamericano Joe Biden y el primer ministro británico Tony Blair encabezaron la lista de visitantes que se reunieron frente al edificio del Parlamento para la ceremonia. Más tarde el mismo lunes, los restos de Sharon serán trasladados del Knesset a su finca en el sur del país para el entierro.
"Arik era un hombre del pueblo", dijo el presidente israelí Shimon Peres, antiguo amigo y a veces rival de Sharon, en su panegírico. "Defendió esta tierra como un león y enseño a sus hijos a usar la guadaña. Fue una leyenda militar y después se dedicó a lograr que Israel tuviera seguridad, cuando nuestros hijos pudieran regresar al país y la paz imperase en la Tierra Prometida".
Sharon falleció el sábado, ocho años después de sufrir un devastador embolismo que lo dejó en un coma del que nunca se recuperó. Tenía 85 años.
Una de las figuras más destacadas y divisivas de Israel, Sharon ascendió en las fuerzas armadas, se pasó a la política y se sobrepuso al escándalo y la controversia hasta llegar a primer ministro en sus últimos años. Pasó la mayor parte de su vida combatiendo a enemigos árabes y promoviendo los asentamientos judíos en tierras conquistadas por las armas. Sus defensores decían que era un héroe de guerra. Sus detractores, principalmente los palestinos, lo consideraban un criminal de guerra y lo consideraban culpable de años de derramamiento de sangre.
Pero en un giro sorpresivo, lideró una histórica retirada de la Franja de Gaza en 2005, sacando del lugar a todos los soldados y colonos tras una presencia de 38 años en una decisión que dijo era necesaria para asegurar la seguridad de Israel.