El gobernador de Sao Paulo anunció el viernes que ha pedido permiso a los funcionarios federales brasileños para renovar el bombeo de agua a un importante embalse que abastece de agua a la ciudad más grande del país como medida de emergencia.
El gobernador Geraldo Alckmin dijo que pidió bombear agua desde río abajo al embalse de Cantareira para aumentar el nivel, que ha caído a cerca del 5% de su capacidad.
El embalse suministra agua a unos 6 millones de habitantes, y la peor sequía que ha sufrido Sao Paulo en décadas la ha convertido en un paisaje de tierra resquebrajada. La caída en el nivel de agua ha dejado al descubierto decenas de autos viejos que habían caído a la represa a lo largo de los años.
Los expertos culpan a Alckmin por no racionar el agua en Sao Paulo, y señalan que no lo hizo por temor a que la medida afectara su campaña de reelección. El domingo obtuvo un nuevo mandato.