Cientos de residentes de una pequeña localidad en el sureste de República Checa se reunieron para recordar a las víctimas de la peor balacera mortal en la historia del país.
Haciendo frente a la lluvia, encendieron velas ante el restaurante Druzba el miércoles, un día después de que un hombre armado abriese fuego en el establecimiento durante la hora del almuerzo, matando a ocho personas e hiriendo de gravedad a una mujer antes de suicidarse.
Tras una operación, el estado de la mujer de 37 años que fue baleada en el pecho no revestía gravedad, dijo Dana Lipovska, portavoz del hospital en la cercana Uherske Hradiste.
La policía identificó al pistolero como un vecino de la zona de 63 años que no tenía antecedentes penales y estaba en posesión de una licencia de armas.
Por el momento se desconoce el motive del ataque, pero las autoridades descartaron el terrorismo.