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Irán escenifica su rechazo a Israel más allá de conveniencias políticas

La República Islámica de Irán escenificó hoy su visceral rechazo al "régimen sionista" de Israel y su aliado EE.UU, más allá de la conveniencia política que pudiera tener para el régimen mostrarse conciliador con Occidente en vísperas de lograr un acuerdo sobre su programa nuclear.

Centenares de miles de iraníes marcharon por las principales ciudades del país durante la tradicional manifestación del "Día de Quds" (Jerusalén), instaurado por el ayatolá Ruholá Jomeini, para pedir la liberación de Palestina y la caída de Israel, así como para expresar el deseo de lograr la unidad de la comunidad musulmana mundial.

La dura retórica, con los ya tradicionales cánticos de "Muerte a América", "Muerte a Israel" y "Muerte a Saud" (referencia a la casa reinante en Arabia Saudí), y la parafernalia habitual, con banderas pisoteadas y lapidadas, no quedó atenuada en un momento en el que delegados iraníes negocian a contrarreloj con la comunidad mundial, en particular con EE.UU, una salida al controvertido programa nuclear iraní y a las sanciones que agobian su economía.

La marcha, que fue apoyada explícitamente por el Gobierno del moderado Hasán Rohaní, estuvo marcada por la presencia de veteranos de la Revolución Islámica de 1979 y muchas mujeres, que cubiertas con el tradicional chador (velo integral) negro aguantaron impertérritas bajo el abrasador calor del verano teheraní.

Entre los numerosos periodistas extranjeros de todo el mundo que cubrían el evento en Teherán la sensación era que había menos manifestantes este año que en años anteriores, si bien el número en esta ocasión no bajaba de varias decenas de miles de personas.

"Los sionistas deben saber que al final los fieles musulmanes, con su verdadera fe, no van a permanecer callados y, aunque tarden varios años, van a luchar y conseguir, según dijo el fundador de la República Islámica (Jomeini), que los sionistas sean eliminados de la tierra", indicó a Efe el ayatolá Seyed Baqer Mirdamadí, uno de los manifestantes.

Otra manifestante, una iraní de mediana edad y de estricta observancia religiosa, apuntó que esta protesta es para "decirle al mundo, en especial a EEUU, los saudíes y a Israel" que "estén seguros de que el pueblo iraní apoya a cualquier musulmán y cualquier palestino para que logren sus peticiones".

La marcha coincidió con las últimas horas del plazo establecido por Irán y las potencias del Grupo 5+1 (EEUU, Francia, China, Rusia, Reino Unido y Alemania), para alcanzar un pacto sobre el controvertido programa atómico del país asiático.

Ese acuerdo, que busca garantizar que Irán no pueda hacerse con armas nucleares, es duramente criticado por Israel, cuyo gobierno no cesa de presionar para que no se firme ningún pacto con la República Islámica que reconozca su derecho a tener una industria nuclear pacífica.

La negociación nuclear, que fue ignorada por los manifestantes, sí estuvo presente en los discursos de los líderes políticos que participaron en la marcha, entre ellos el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyaní, de tendencia conservadora.

Lariyaní apuntó que tanto el desarrollo de la industria nuclear iraní como el enfrentamiento de su país con "Occidente e Israel" ha sido una fuente de inspiración para otros países musulmanes y que por eso se intenta destruir estos logros de la República Islámica, algo a lo que, con marchas como esta, los iraníes se resisten.

En ese sentido, apuntó que las recientes amenazas del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de dar por terminadas las negociaciones si no se avanza hacia un pacto final, no son más que amenazas vacías y constituirían un "error estratégico".

FUENTE: EFE