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Kenia se moviliza para erradicar el comercio ilegal de marfil

Kenia se prepara para quemar el sábado casi todas sus existencias de marfil en un intento por poner fin al tráfico ilegal de "oro blanco", responsable de la alarmante disminución de la población de elefantes en el continente africano.

Actualmente viven en África entre 450.000 y 500.000 elefantes y cada año unos 30.000 son abatidos en busca de sus colmillos por cazadores furtivos, según estimaciones.

A este ritmo, existe el riesgo de que a corto plazo estos mamíferos desaparezcan simple y llanamente del continente.

Sólo en Tanzania, la población de elefantes pasó de cerca de 110.000 especímenes en 2009 a unos 43.000 en 2014, según cifras oficiales.

Para frenar esta dinámica, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, presidirá el viernes una cumbre que reunirá cerca de Nanyuki (centro) a varios jefes de Estado africanos y a organismos de protección de los animales.

El sábado, Kenia pasará de la palabra al acto, con la quema de 105 toneladas de marfil, la cantidad más grande jamás destruida en una sola vez, y que corresponde al 5% de las existencias actuales en el mundo. También se incinerará una tonelada y media de cuernos de rinoceronte.

"Creemos que el marfil no tiene un valor intrínseco, por lo que hemos decidido quemar nuestras existencias y mostrar a todo el mundo que el marfil sólo tiene valor en un elefante", explica el nuevo jefe de los servicios de fauna kenianos, Kitili Mbathi.

Sin embargo, algunas voces se han alzado, preocupadas sobre las consecuencias de esta incineración masiva sobre el curso del marfil.

El trafico de marfil, cuyo comercio está prohibido desde 1989 (con unas pocas excepciones), se sostiene con la demanda asiática, principalmente en China, donde el kilo de marfil se negocia a unos 1.000 euros (unos 1.130 dólares).

China, que endureció hace poco su legislación sobre la importación de marfil, autoriza sin embargo la venta de marfil comprado antes de la prohibición de 1989. Para los defensores de los elefantes, este comercio legal puede servir como fachada para las importaciones clandestinas.

"Vivos, los elefantes representan una importante fuente de ingresos para las economías locales, a través del turismo, y a largo plazo, su valor es más grande cuando deambulan por las sabanas y bosques africanos que cuando adornan una chimenea o la muñeca de alguien", opina Rob Brandford, director del Fondo David Sheldrick para la protección de la fauna.

Además de Kenyatta, que prenderá el sábado la llama que reducirá a cenizas el marfil, participarán en la cumbre el presidente de Uganda Yoweri Museveni, de Bostuana Ian Khama y de Gabón Ali Bongo Ondimba.

El objetivo de la cumbre del viernes es propiciar una toma de consciencia mundial sobre el problema de la caza furtiva de elefantes con el fin de lograr que se prohíba totalmente el comercio de marfil.

Esta toma de consciencia ha hecho ya que se tomen algunas medidas innovadoras.

Kenia, por ejemplo, ha desplegado una brigada de perros rastreadores de marfil en el aeropuerto internacional de Nairobi, que ha hecho posible varias incautaciones y arrestos de contrabandistas que pretendían viajar al sureste de Asia.

Estos esfuerzos comienzan a dar frutos en Kenia, en donde se contabilizó 93 paquidermos muertos en 2015 contra 164 en 2014.

Camerún por su parte incineró en público el 19 de abril más de seis toneladas de marfil. Unos días antes, Malasia quemó cerca de 10 toneladas. Una medida inédita en ambos países.

FUENTE: AFP