Vaticano Internacionales -  24 de julio de 2016 - 10:00

Polonia difiere del papa sobre migrantes, antes de su visita

El papa Francisco, cuya postura a favor de los migrantes es bien conocida, viajará en los próximos días para realizar una visita de cinco días a Polonia, un país que no quiere refugiados.

Francisco ha hecho del apoyo a los migrantes un tema central en la definición de un cristiano. En Polonia, donde el catolicismo y el patriotismo se superponen, el gobierno populista sostiene que recibir demasiados refugiados pondría en peligro la identidad y la seguridad nacional.

El apoyo a los migrantes es tan esencial en la visión de Francisco para la Iglesia que ha hecho el darles refugio una prueba potencial para quienes deseen entrar en el cielo en el Día del Juicio.

La ofensiva papal por los derechos de los refugiados enfrentará una prueba diplomática a partir del miércoles, cuando comienza la visita de cinco días a Polonia, donde un gobierno populista ha cerrado la puerta a la mayoría de los solicitantes de asilo.

Francisco tiene previsto reunirse con el presidente polaco, Andrzej Duda, en un castillo milenario de Cracovia. En una catedral vecina está el cementerio donde desde hace siglos descansan los héroes nacionales de Polonia. A continuación, tendrá una sesión de preguntas y respuestas con los obispos de Polonia a puerta cerrada.

Antes de la llegada del papa, el ministro del Interior polaco, Mariusz Blaszczak, defendió la oposición del gobernante Partido Ley y Justicia a la inmigración y citó la masacre efectuada con un camión el pasado Día de la Bastilla en Niza, Francia, donde murieron 84 personas. Blaszczak argumentó que este tipo de violencia fue una consecuencia inevitable de la multiculturalidad.

El papa, sin embargo, ha indicado que la renuencia o el rechazo a los necesitados de refugio entran en conflicto con la parábola del Buen Samaritano, quien ofreció ayuda a un extraño que había sido herido y asaltado.

Dirigiéndose a los fieles el mes pasado en la Plaza de San Pedro, Francisco dijo que en última instancia "seremos juzgados sobre la base de las obras de misericordia".

"El Señor podrá decirnos: '¿Recuerdas a aquel migrante, a quien muchos querían echar? Era yo'''.

Buscando inspirar con el ejemplo, Francisco trajo en abril a 12 sirios a Roma después de visitar un campamento de inmigrantes en la isla griega de Lesbos, donde decenas de miles quedaron atrapados después de cruces peligrosos desde la vecina Turquía en barcos a menudo repletos.

En febrero, cuando regresaba de una peregrinación a México, Francisco dijo a los periodistas a bordo de su avión: "Creo que una persona que cree en la construcción de muros y no de puentes no es cristiana". El papa respondió así a una pregunta sobre Donald Trump, el ahora candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, quien ha dicho que quiere construir un muro en la frontera con México para impedir el ingreso de migrantes a su país.