El gobierno del estado de Espirito Santo, en el sureste de Brasil, acusó formalmente a más de 700 policías militares por supuestamente rehusarse a trabajar como parte de un movimiento para obtener un aumento salarial, lo que ha derivado en una ola de violencia en la que han muerto más de 100 personas.
El director de Seguridad Pública Andre García, dijo el viernes que 703 agentes fueron acusados de cometer el "delito de revuelta".
La policía militar brasileña patrulla las ciudades del país y sus miembros tienen prohibido por ley irse a huelga.
Los asesinatos en la capital Vitoria y otras ciudades, estallaron hace una semana, cuando amigos y familiares de los agentes bloquearon sus cuarteles en demanda por mejores salarios para los policías.
El gremio que representa a los policías civiles afirmó que 121 personas han sido asesinadas desde que se dejó de patrullar las calles.
FUENTE: AP