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Filipinas mata por error a 11 de sus propios soldados

Un avión filipino arrojó una bomba accidentalmente, mató a 11 soldados e hirió a otros siete, informaron el jueves las autoridades, en momentos en que las fuerzas armadas tratan de poner fin al asedio de un poblado en el sur por parte de extremistas islámicos.

El avión estaba realizando misiones sobre posiciones de los milicianos en Marawi el miércoles cuando una bomba accidentalmente cayó sobre soldados que protagonizaban combates cuerpo a cuerpo con los milicianos, dijo el portavoz militar, brigadier general Restituto Padilla. El avión había realizado tres bombardeos exitosos antes de cometer ese error, agregó.

"Es penoso, es muy lamentable que hayamos bombardeado a nuestros propios soldados, dijo en conferencia de prensa en Manila el ministro de defensa Delfin Lorenzana. "A veces, en la confusión de la guerra, ese tipo de cosas pasan".

Antes la aviación usó bombas teledirigidas sobre las zonas urbanas de Marawi, pero tuvo que usar las bombas convencionales cuando se les acabaron aquéllas.

El jefe de las fuerzas armadas general Eduardo Ano ordenó lanzar una investigación.

Lorenzana dijo que unos 500 milicianos, entre ellos extranjeros, están participando en el asedio a Marawi, una ciudad surcada de mezquitas que es el centro del islam en el sur de las Filipinas.

Entre 50 y 100 milicianos están oponiendo férrea resistencia en unos edificios al otro lado del puente frente al ayuntamiento, donde cientos de militares han llegado como refuerzo. Los francotiradores y los edificios que obstruyen el disparo de artillería están dificultando los intentos de poner fin al asedio, dijo Lorenzana, que pensaba poder concluir el asunto antes del viernes.

Un total de 120 milicianos han muerto en los combates desde el 23 de mayo, cuando el fallido intento de las fuerzas oficialistas por capturar uno de los combatientes islámicos más buscados de Asia, Isnilon Hapilon, desató el asedio de la ciudad. Veinticinco de los rebeldes muertos eran filipinos, dijeron funcionarios militares. Otros ocho eran extranjeros, entre ellos un checheno, un yemení, y varios malasios e indonesios, dijo Lorenzana.

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Contribuyeron a esta nota los corresponsales de la AP Teresa Cerojano en Manila y Kiko Rosario en Singapur.

FUENTE: AP