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Un cordón humano para rebajar las tensiones en Cataluña

Al grito de "somos gente de paz", decenas de independentistas catalanes se interpusieron este sábado en Barcelona entre policías y manifestantes más radicales, consiguiendo evitar una quinta noche de batalla campal en la turística ciudad mediterránea.

"Somos una línea muy fina pero intentaremos hacer algo. Esto acabará mal, como todas las noches, pero lo intentaremos", aseguraba un escéptico Joan Badell, ingeniero de 47 años, posicionado en medio de este cordón humano.

Mayores en edad que los jóvenes manifestantes enardecidos, este enjambre pacifista increpaba con gritos de "fuera, fuera" a grupos más reducidos cuando, en momentos puntuales, arrojaban botellas de cristal y otros objetos a la policía.

"Yo también he tenido 20 años y entiendo que es una forma de canalizar la energía, pero ahora con 45 lo veo con otra perspectiva", decía Toni García, asegurando que está ahí para "evitar que peguen a la juventud de Cataluña".

La iniciativa saltó el sábado en las redes sociales después de la quinta noche consecutiva de disturbios en esta región del noreste de España, especialmente virulentos en Barcelona con una batalla campal entre manifestantes y policía.

En el epicentro de esos enfrentamientos, la plaza Urquinaona, se había convocado una manifestación este sábado para condenar la "represión" de la policía, que empleó balas de goma, gases lacrimógenos y un camión lanza agua.

Ante el temor a nuevas confrontaciones, una convocatoria surgió por las redes: "frente a la violencia de porra y barricada, barrera humana de la sociedad civil".

"He visto la convocatoria en redes de este cordón ciudadano y he venido porque no quiero que peguen a mi sobrino que está más atrás", explica Badell.

Este cordón humano entonaba cada poco "somos gente de paz", sobre todo cada vez que la policía advertía desde los furgones de una intervención "inminente", algo que no se ha llegado a producir.

Entre los concentrados había jóvenes encapuchados que, contagiados por este cordón, terminaron uniéndose a la sentada que entonaba canciones populares catalanas y proclamas independentistas.

Desde el fracaso del intento de secesión de 2017, parte del movimiento se cuestiona la idoneidad de pasar a acciones más contundentes, incluso violentas, ante los escasos resultados obtenidos con las masivas y coloridas marchas pacíficas del pasado.

Incluso, el presidente regional, el independentista Quim Torra, no compareció hasta el miércoles de madrugada, después de tres noches de disturbios, para condenar de forma ambigua la violencia.

Ambas sensibilidades chocaron este sábado en la concentración cuando, en su parte trasera, se desataron choques con la policía y los manifestantes dispuestos a mantener la paz se enfrentaron a los pequeños grupos de violentos que, en algunos casos, parecían ajenos al movimiento.

"Si quieres tirar piedras, te pones delante y las tiras solo, pero no te escondes entre nosotros", increpaban dos jóvenes a un encapuchado que se escondía detrás de un quiosco lanzando objetos a la policía que respondía con proyectiles de espuma.

Aunque la noche terminó con pequeñas escaramuzas con la policía en otros puntos de la ciudad, el cordón pacifista dio por cumplida su misión cuando la principal línea policial se replegó sin haber intervenido.

Entre saltos y abrazos, el grito era unánime: "Hemos ganado, hemos ganado".

FUENTE: AFP