El presidente de Bolivia , Luis Arce, no se vacunó el viernes, pero sí supervisó la inmunización de diez trabajadores de salud que recibieron las primeras dosis de las vacunas rusas Sputnik V contra el nuevo coronavirus. Éste es el segundo país de la región que las aplica además de Argentina.
Sandra Ríos, una enfermera de la unidad de Terapia Intensiva, y nueve de sus colegas recibieron la dosis en un hospital en la región oriental de Santa Cruz, uno de los departamentos más castigados por la pandemia.
Se esperaba que Arce fuera uno de los primeros en ser vacunados “para mostrar la seguridad de inocuidad de la vacuna ”, como lo anunció el viceministro de Gestión del Sistema Sanitario, Álvaro Terrazas a la televisora ATB.
Aunque hay algunos escépticos sobre la eficacia de la vacuna, en la nación andina no se produjeron grandes manifestaciones. Actualmente el país registra un rebrote de la enfermedad.
El vocero, Jorge Richter, informó en rueda de prensa que la campaña de vacunación se extenderá, que se dará prioridad a los trabajadores de salud y que es posible que el mandatario también reciba su inmunización los próximos días.
Mientras, en el sector de salud aumentan los pedidos para que el gobierno de Arce decrete una cuarentena total para que se puedan reducir los contagios de COVID-19. Además hay pedidos de insumos y para que se haga la contratación de personal médico debido a que los hospitales están saturados y el personal de salud se ha visto disminuido por los contagios.
Arce descartó una cuarentena en reiteradas ocasiones alegando que eso afectaría la economía.
A fines del año pasado, el gobierno concretó la compra de 5,2 millones de dosis con autoridades rusas. Además, se prevé que en abril el país reciba otros 5 millones de vacunas desarrolladas por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Bolivia también espera que en marzo lleguen inmunizaciones gratuitas bajo el sistema COVAX, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para permitir un acceso equitativo a la vacuna.
Según el gobierno, con esto alcanzaría para vacunar a 7,2 millones de bolivianos de los 11 millones que habitan el país. “Es toda la población vacunable”, expresó Richter.
En tanto, los contagios continúan en ascenso en el rebrote que ya sobre pasó a la primera ola. En la víspera el Ministerio de Salud reportó 2,652 casos y 59 decesos. Autoridades y expertos proyectan que el pico más alto de la enfermedad llegue en febrero.