La Policía Federal de Brasil empezó a cumplir el jueves con docenas de órdenes de allanamiento hacia partidarios del presidente Jair Bolsonaro por haber bloqueado carreteras después de su derrota electoral, informaron las autoridades.
En un comunicado, la el tribunal señaló que la investigación relacionada con las 81 órdenes de allanamiento avanza sellada y la policía explicó que las órdenes se estaban cumpliendo en siete estados y el Distrito Federal. Por separado, agentes de la Policía Federal realizaron 23 allanamientos y al menos cuatro detenciones preventivas en el estado de Espirito Santo relacionadas con noticias falsas electorales, de acuerdo con la policía.
Muchos analistas han manifestado su preocupación de que Bolsonaro estuviera sentando las bases para una insurrección de manera similar a los disturbios registrados en el Capitolio de Estados Unidos.
Por más de tres semanas después de las elecciones del 30 de octubre, algunos de los partidarios de Bolsonaro, que se negaron a aceptar su apretada derrota ante su némesis de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, bloquearon alrededor de 1.000 carreteras en todo el país hasta que la policía federal de caminos empezó a desbloquear los caminos.
La policía federal de caminos ha señalado que los manifestantes que bloquearon las carreteras en el estado de Santa Catarina, por ejemplo, emplearon métodos “terroristas” que incluyeron bombas caseras, fuegos artificiales, clavos, piedras y barricadas con neumáticos incendiados.
Sólo se han registrado incidentes aislados desde que la policía despejó las carreteras allí, aunque subrayaron en un comunicado del 21 de noviembre que la mayoría de los hechos de resistencia ahora se realizan de noche, perpetrados por “hombres encapuchados extremadamente violentos y coordinados” que actúan simultáneamente en diferentes regiones del estado.
Bolsonaro rara vez se ha dirigido a la nación desde su derrota electoral. Después de permanecer alejado de los reflectores durante más de un mes, dio su primer discurso frente a la residencia presidencial el 9 de diciembre, diciéndose el comandante en jefe de las fuerzas armadas y afirmando que toda la población debería trabajar para construir un mejor futuro mejor para el país.
Sus partidarios permanecen acampados afuera de edificios militares en varias capitales estatales, pidiendo la intervención del ejército. La mayoría de las protestas son pacíficas, pero las tácticas desplegadas por participantes acérrimos han comenzado a preocupar a las autoridades.
El 12 de diciembre en Brasilia, la capital, seguidores de Bolsonaro se enfrentaron con la policía después de incendiar varios vehículos y autobuses y presuntamente tratar de irrumpir en un edificio de la policía federal. Nadie fue identificado ni arrestado por la policía en ese entonces, según las autoridades.
El vicepresidente Hamilton Mourão se ha convertido en un vocero del presidente, diciendo en entrevistas con medios locales y una columna publicada recientemente que los manifestantes deben seguir firmes, y condenó los actos violentos.
“El clamor de las protestas que hemos visto desde la proclamación del resultado electoral… es legítimo, por mucho que algunos hayan tratado de catalogarlo como ‘antidemocrático’”, tuiteó Mourão el miércoles.
FUENTE: Associated Press