Lo fallecidos en el choque de trenes en Grecia, ascienden a 48 personas, mientras continúan las labores de búsqueda de supervivientes. El vagón restaurante del tren se incendió y la temperatura en su interior alcanzó los 1.300 ºC, según los bomberos.
Por otro lado, el jefe de estación al que se le acusa de un error que condujo al choque frontal de dos trenes, testificará este jueves en un tribunal de la ciudad de Larisa. El hombre de 59 años fue detenido el miércoles y será acusado de homicidio culposo y lesiones corporales. Se expone a prisión perpetua en caso de ser condenado por el accidente ocurrido en la medianoche del martes.
El funcionario, quien estaba de guardia cuando ocurrió el accidente, deberá explicar cómo un tren de pasajeros pudo circular en la misma vía que un tren de carga en dirección opuesta.
El portavoz del Gobierno, Yiannis Economou, dijo que la investigación va a analizar "retrasos en la ejecución de trabajos ferroviarios causados por las deficiencias crónicas del sector público y décadas de fracasos".
Día de duelo nacional en Grecia
El gobierno decretó tres días de duelo nacional, y el ministro de Transporte presentó su renuncia horas después del accidente. Los sindicatos ferroviarios señalan que desde hace años se conocen las deficiencias de esta línea que conecta Atenas con Tesalónica.
El gobierno de Grecia admitió el jueves "décadas de fracasos" que gestaron el mortal accidente ferroviario que dejó 48 muertos en Lárisa y crece la indignación y las protestas por la tragedia.
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis aseguró el miércoles que el accidente será investigado a fondo. "Todo demuestra que, lamentablemente, el drama se debe a un trágico error humano", declaró Mitsotakis.
Tras la colisión, dos vagones quedaron aplastados y un tercero se incendió con las personas atrapadas dentro; los sobrevivientes describieron escenas de horror y caos, esquivando vidrios rotos y escombros cuando el tren volcó, y denunciaron que debieron romper ventanas para salir.
Los rescatistas en el lugar dijeron que nunca habían intervenido en un desastre de esta magnitud.