La muerte del Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo conmovió al mundo. Respetando su últimos deseos y siguiendo el protocolo, será enterrado hoy sábado en el castillo de Windsor, a unos 50 kilómetros al oeste de Londres, y debido a la pandemia solo asisten al funeral 30 personas, en su mayoría familiares cercanos.
La ceremonia religiosa comenzará a las 15h00 (14h00 GMT) en San Jorge, la capilla gótica del siglo XV situada en el casi milenario castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres.
Debido al coronavirus se pidió a los británicos que no se desplazasen hasta esta pequeña localidad. Aún así las terrazas de sus pubs deberían llenarse de partidarios de la corona para seguir el evento por televisión como otros millones de personas.
"Se supone que la gente no debe venir, pero este es un gran evento, único en una generación, el duque era especial así que esperamos a mucha gente", aseguró Mark, de 57 años, a la AFP en las calles de Windsor, donde a primera hora se veía ya a decenas de agentes de seguridad vestidos con chalecos violetas.
Cubierto con su espada, su gorra naval y su estandarte personal, el féretro del príncipe Felipe fue trasladado de mañana por portadores del Primer Batallón de Granaderos -de los que Felipe fue coronel durante 42 años- desde la capilla privada de la familia real a otro salón del castillo.
Al comienzo del oficio, el país guardará un minuto de silencio, como Kaya Mar, pintor de 65 años que llegó en el primer tren desde Londres con un gran retrato de Felipe bajo el brazo.