El espectáculo de la lava incandescente que fluye del monte Mauna Loa ha atraído a miles de visitantes a Hawái y se ha convertido en una bendición económica para esta población de la Isla Grande cercana al volcán más grande del mundo.
“En este momento es un boom”, comentó Marian Somalinog, recepcionista del hotel Castle Hilo Hawaiian. “Las reservas están agotadas hasta después de Navidad”
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Agregó que el aumento del turismo se debe a que la gente quiere ver los ríos de piedra derretida de color anaranjado brillante que fluyen del Mauna Loa, un volcán en escudo —un volcán grande formado por las capas de erupciones sucesivas de flujos volcánicos— cuyo nombre significa “montaña Larga” en hawaiano. El resplandor de la erupción se puede ver desde lejos.
Habitualmente, el turismo baja en Hawái entre el Día de Acción de Gracias y las fiestas de fin de año, pero esta semana hay atascos de tráfico en la Ruta 200, conocida como Saddle Road, que va de Hilo a Kailua-Kona, en los extremos oriental y occidental de la isla respectivamente.
Los flujos volcánicos amenazan esa arteria principal de cara al futuro, pero en la actualidad se encuentran a varios kilómetros (millas) de distancia y no amenazan las poblaciones. Eso significa que hay escaso peligro para los espectadores. Hay multitudes de pobladores y turistas, con mucha gente tomando fotos y selfies.
FUENTE: Associated Press