Los filipinos hicieron el lunes filas largas para elegir a su nuevo presidente, con el hijo de un dictador derrocado y una defensora de los derechos humanos como los contendientes más destacados durante un momento de precariedad en una democracia asiática profundamente dividida.
Hay otros ocho candidatos que participan en la contienda presidencial, entre ellos el exboxeador Manny Pacquiao, el alcalde de Manila Isko Moreno y el exjefe de la policía nacional, el senador Panfilo Lacson.
El ganador de las elecciones asumirá el cargo el 30 de junio por un período único de seis años como dirigente de una nación del sudeste asiático muy afectada por dos años de brotes y confinamientos por la pandemia de COVID-19.
Los votantes llegaron temprano a los centros de sufragio para formar filas largas en la mayor parte del país. El inicio de la votación se retrasó unas horas en algunas partes debido a problemas de funcionamiento de las máquinas de votación, apagones, mal tiempo y otros problemas.
Se desplegaron miles de policías y militares para proteger los recintos electorales, especialmente en las zonas rurales con antecedentes de violentas rivalidades políticas y donde los rebeldes comunistas y musulmanes están activos.
En la provincia de Maguindanao, un punto delicado de seguridad en el sur, hombres armados mataron a tres guardias del pueblo frente a un centro de votación en la ciudad de Buluán, lo que interrumpió brevemente la votación. En un hecho separado el domingo por la noche, nueve votantes y sus acompañantes resultaron heridos cuando hombres no identificados dispararon cinco granadas en el ayuntamiento de Datu Unsay, informó la policía.
FUENTE: Associated Press