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Merkel visita Casa Blanca quizás por última vez

La canciller de Alemania, Angela Merkel, marca su 19na y casi seguramente última visita oficial a EE. UU. el jueves para reunirse con el presidente Joe Biden.

Masajes de cuello, cenas costosas, acusaciones de espionaje telefónico, incómodos estrechones de manos. Angela Merkel virtualmente lo ha visto todo en lo que se refiere a presidentes estadounidenses.

La canciller de Alemania marca su 19na y casi seguramente última visita oficial a Estados Unidos el jueves para reunirse con el presidente Joe Biden — su cuarto presidente estadounidense — cuando se acerca al fin de sus 16 años en el cargo.

Merkel, que cumple 67 años el sábado, se retira pronto tras decidir hace tiempo que no se presentaría a un quinto término en las elecciones alemanas del 26 de septiembre.

Una de los líderes de más tiempo en el poder en uno de los aliados más estrechos de Estados Unidos, Merkel recibirá un cálido recibimiento cuando se reúna con Biden durante su primera visita a Washington desde que éste asumió la presidencia en enero.

Aun así, existen asuntos contenciosos — notablemente el gasoducto Nord Stream 2 de Rusia a Alemania, al que Washington se opone, y los esfuerzos de Biden para convencer a los aliados europeos a cesar sus objeciones a exenciones de la propiedad intelectual para poder compartir las vacunas del coronavirus con el mundo en desarrollo.

Es un cierre apropiado para sus relaciones con los líderes estadounidenses. Seguidamente, una mirada a los altibajos a lo largo de los años:

Merkel y Bush

GEORGE W. BUSH

Merkel llegó al poder al inicio del segundo término de Bush y se dedicó a reparar relaciones bilaterales enfriadas por la abierta oposición de su predecesor Gerhard Schroeder a la guerra en Irak.

Ella se volvió rápidamente una aliada estrecha, quizás descubriendo que la manera de cautivar al presidente era con comida. Durante una visita a la zona parlamentaria de Merkel en el nordeste de Alemania en julio del 2006, Bush no cesó de hablar sobre un jabalí asado que la canciller le ofreció.

En una cumbre del Grupo de los Ocho en San Petersburgo unos días más tarde, Bush le dio a Merkel un súbito masaje del cuello que rápidamente se diseminó por la internet. Mekel encogió los hombros sorprendida, alzó los brazos y e hizo una mueca, pero sonrió cuando Bush se alejaba. Cuando Merkel visitó la Casa Blanca el enero siguiente, Bush prometió: “No habrá masajes”.

En noviembre del 2007, Bush recibió a Merkel en su rancho en Crawford, Texas. "En Texas, cuando invitas a alguien a tu casa es una expresión de calidez y respeto y eso es lo que siento hacia la canciller Merkel”, dijo Bush al recibirla en el helipuerto de su propiedad, de donde la llevó en camioneta a su casa.

Obama y Merkel

BARACK OBAMA

Las relaciones de Merkel con Obama no empezaron de la mejor forma. En julio del 2008, la canciller rechazó la idea de que el candidato Obama pronunciase un discurso en la histórica Puerta de Brandemburgo en Berlín, diciendo que ’el sitio estaba reservado para presidentes. Obama habló en otro sitio histórico, la Columna de la Victoria.

Aun así, Merkel — que compartía con Obama su estilo formal, pero a diferencia del nuevo presidente, nunca tuvo mucho tiempo para retórica ardiente — forjó una fuerte relación de trabajo con él. Esos lazos parecieron ganar calidez personal con el tiempo.

Durante la visita de Merkel a Washington en el 2011, los dos líderes cenaron en un restaurante elegante, un gesto inusual por Obama. Unos pocos días después, el presidente recibió a Merkel en la Casa Blanca en una cena formal de estado, en la que le confirió la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor de país para civiles.

Obama tuvo su oportunidad de hablar en la Puerta de Brandemburgo en junio del 2013. Mekel lo presentó.

Una dura prueba siguió con reportes más tarde ese año de que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos había espiado conversaciones telefónicas del gobierno alemán, incluyendo de Merkel. La canciller dijo entonces que “el espionaje entre amigos” era inaceptable. Pero no dejó que eso ensombreciese las relaciones transatlánticas.

Obama hizo su última visita como presidente en noviembre del 2016, cenando con Merkel en su hotel en Berlín. Regresó como expresidente meses más tarde, participando en una discusión pública con Merkel y llamándola “uno de mis socios favoritos durante mi presidencia”.

Merkel y Trump.

DONALD TRUMP

Las felicitaciones de Merkel a Trump tras su elección en el 2016 sentaron el tono para lo que siguió. En un mensaje incisivo, ella ofreció una “cooperación estrecha” sobre la base de valores transatlánticos compartidos incluyendo el respeto a la dignidad humana independientemente del origen, el género o la religión.

La exfísica y el ex astro de reality TV nunca fueron una buena combinación, pero en general mantuvieron las apariencias cuando estaban en público juntos.

La primera visita de Merkel a la Casa Blanca de Trump en marzo del 2017 produjo el ahora famoso momento incomodo en la Oficina Oval. Los fotógrafos gritaron “apretón de manos” y Merkel en voz baja le preguntó a Trump “¿quieres hacerlo?”. No hubo respuesta del presidente, que miró adelante con los dedos entrelazados.

Trump nunca hizo una visita bilateral a Alemania en sus cuatro años en la presidencia, aunque visitó para la Cumbre del Grupo d ellos 20 en Hamburgo en el 2017.

En la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá en el 2018, la oficina de Merkel dio a conocer una foto de ésta apoyada en una mesa delante de Trump, que está rodeado por otros líderes aliados con expresiones exasperadas.

La Alemania de Merkel fue un blanco favorito de la ira de Trump. El presidente estadounidense llamó al aliado en la OTAN “moroso” por no gastar suficiente en defensa y anunció que iba a retirar a unos 9.500 de los 34.500 soldados estadounidenses estacionados en Alemania.

Merkel indicó en el 2017 que Europa no podía más contar completamente con Estados Unidos. Y, hablando en la Universidad de Harvard en el 2019, dijo que una nueva generación de líderes “deberá derribar los muros de ignorancia” y rechazar el aislacionismo para superar los problemas globales.

JOE BIDEN

Merkel saludó la elección de Biden en el 2020 con un alivio apenas disimulado, diciendo que él llevaba al puesto décadas de experiencia, “conoce bien a Alemania y Europa”, y mencionando buenos recuerdos de encuentros previos.

En febrero, elogió efusivamente su primer discurso a una audiencia global.

“Las cosas se ven mucho mejor para el multilateralismo este año que hace dos años y eso tiene mucho que ver con el ascenso de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos”, dijo.

Como vicepresidente, Biden tuvo una buena conexión con Merkel durante la presidencia de Obama, aunque nunca fueron especialmente cercanos.

Buscando fortalecer los lazos, Biden dio prioridad a trabajar con Merkel en varias videoconferencias poco después de llegar a la Casa Blanca. Además, anuló sanciones contra la compañía a cargo del gasoducto Nord Stream 2, aunque le reiteró a Alemania su preferencia de que abandonase el proyecto.

Desde la toma de posesión por Biden el 20 de enero, no ha habido mucha oportunidad para interacciones en persona. Ambos líderes asistieron a la cumbre del G7 el mes pasado en Inglaterra y a la cumbre de la OTAN en Bruselas, pero el jueves será su primer encuentro bilateral significativo.

Merkel será el primer gobernante europeo en visitar la Casa Blanca de Biden.

FUENTE: Associated Press

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