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Puerto Rico brega por salir de apagón, crece la indignación

Un incendio en una usina principal provocó un apagón en toda la isla.

Negocios cerrados. Noches de insomnio. Clases canceladas. Cientos de miles de personas en Puerto Rico seguían el viernes sin electricidad, dos días después de que un incendio en una usina principal provocó un apagón en toda la isla.

Las cuadrillas han restaurado la electricidad para unos 650,000 de casi 1.5 millones de habitantes, pero la gente en algunos barrios se quejó de que la luz volvió a apagarse en momentos en que la isla brega por salir de una interrupción que además dejó sin agua a más de 160,000 personas.

El apagón obligó al gobierno a cancelar clases y cerrar oficinas por segundo día consecutivo en este territorio estadounidense de 3.2 millones de habitantes, haciendo que afloraran la frustración y la ira.

“Esto es insoportable”, expresó Maribel Hernández, de 49 años, al secarse la frente con un trapo azul que llevaba sobre el hombro izquierdo.

Hernández, convaleciente de cáncer, ha estado durmiendo sobre el piso de concreto del patio de su casa con apenas una sábana porque es tan estrecho que el colchón no cabe ahí. Teme que la asalten porque vive en un barrio de clase trabajadora con un alto índice delictivo, pero el calor dentro de su casa es abrumador.

Dice que se ha visto forzada a tirar toda la comida que antes podía refrigerar.

Funcionarios de la empresa Luma, que se hizo cargo de la trasmisión y distribución el año pasado, dicen que no saben cuándo quedará restaurado plenamente el servicio y aseguran que las cuadrillas trabajan sin descanso.

“El sistema es sumamente frágil”, lamentó Shay Bahramirad, vicepresidente de ingeniería de Luma.

La empresa ha dicho que una falla en un cortacircuitos pudo haber causado el apagón después que estalló el incendio el miércoles por la noche en la usina Costa Sur, en el sur de la isla, pero tardarán en semanas en descubrir la causa exacta.

Mientras tanto, al menos una ciudad decidió entregar alimentos a personas mayores y hielo a los que padecen diabetes y otras enfermedades.

“No he dormido”, expresó Fernando García, un albañil de 51 años a quien le preocupa no haber podido trabajar en los últimos dos días debido a la falta de luz. “Ahora mismo no tengo presupuesto”.

García vendía huevos y empanadillas frente a una cafetería pequeña, agradecido con el dueño que le permitió recargar su teléfono.

El CEO de Luma, Wayne Stensby, dijo que el apagón era “muy inusual” y que revelaba la fragilidad de la red eléctrica arrasada por el huracán María en 2017. Se efectuaron reparaciones de emergencia, pero aún no ha comenzado la reconstrucción de la red y decenas de localidades sufren apagones semanales.

FUENTE: Associated Press

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