La violencia doméstica, el VIH y la mortalidad materna son las principales amenazas que sufren las indígenas panameñas, dijeron hoy a Efe varias líderes aborígenes con motivo del Día Internacional de la Mujer Indígena.
"Todavía hay mucha violencia contra las mujeres en las comarcas indígenas, pero es algo difícil de atacar porque las comunidades están muy aisladas y alejadas", afirmó la presidenta de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de Panamá, Sonia Henríquez, de la etnia indígena Kuna.
También es "muy preocupante" el aumento del VIH entre los indígenas y la falta de hospitales en las comarcas, lo que hace que las mujeres indígenas embarazadas sean "mucho más vulnerables que el resto", añadió Henríquez con motivo de este día que se celebra por segundo año consecutivo en Panamá, gracias a la aprobación de la Ley 9 en 2015.
La salud materna es uno de los ocho Objetivos del Milenio (ODM) que fueron acordados en el año 2000 por 189 países de las Naciones Unidas, entre ellos Panamá, y que deberían haberse cumplido a finales de 2015.
Según reveló el año pasado en un informe el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la salud materna es el objetivo que más se le resiste a Panamá, como a la mayoría de los países en vías de desarrollo.
En la comarca Ngäbe-Buglé, una de las cinco que tiene el país centroamericano y que se encuentra ubicada en la zona del Caribe panameño, muere una media de 250 mujeres por cada 100.000 que dan a luz, lo que hace que la tasa de mortalidad sea cinco veces mayor que en el resto del país.
La mayor parte de las muertes, de acuerdo con los datos del organismo internacional, se produce por hemorragias durante el parto.
"Muchas mujeres no quieren ir a los hospitales públicos porque no respetan nuestras costumbres y nos discriminan", sostuvo la presidenta de la Comisión de la Biodiversidad de la misma asociación, Mary Acosta, de la etnia Ngäbe.
Las mujeres de este pueblo, indicó Acosta, tienen la costumbre de dar a luz de cuclillas, ataviadas siempre con su traje tradicional, pero "cuando entran en el hospital les imponen las reglas del sistema y las hacen desnudarse".
"A los indígenas nos catalogan de vagos, de borrachas, de solo querer hijos y multiplicarse. Nos ven como raros por hablar otro idioma y llevar otra ropa", lamentó Henríquez.
En Panamá existen cerca de 400.000 indígenas (11 % de la población), que se agrupan en 7 etnias principales: Emberá, Wounaán, Kuna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri.
A pesar de su alta proporción de población indígena, Panamá es uno de los pocos países latinoamericanos que aún no han suscrito el conocido como Convenio 169, que fue aprobado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1989 y considerado el principal tratado internacional sobre derechos humanos de los pueblos indígenas.
Dicho tratado obliga a los Estados que lo ratifican a consultar con las comunidades nativas aquellas medidas legislativas y administrativas que afecten directamente a sus costumbres.
Según los últimos censos de 2010, en América Latina hay cerca de 42 millones de indígenas, lo que representa el 7,8 % de su población total.
Proporcionalmente, Guatemala y Bolivia son los países que albergan la mayor cantidad de población originaria, seguidos de Perú, México y Panamá.
FUENTE: EFE