Este miércoles fue promulgado en Gaceta Oficial el Decreto Ejecutivo No. 19 de 26 de mayo de 2019, a través del cual se establece la reglamentación sobre el acceso y control del uso de los recursos biológicos y genéticos, y el conocimiento tradicional asociado cuando fuese el caso, para investigaciones científicas con fines comerciales o no comerciales en la República de Panamá.
Según detalla el documento, mediante esta reglamentación se regula el acceso, uso, y distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos biológicos y genéticos, en condiciones ex situ o in situ, de los que Panamá es país de origen o de procedencia, sean silvestres y sus derivados, incluyendo las especies migratorias que por causas naturales se encuentren en el territorio nacional, así como el acceso al conocimiento, innovación y prácticas tradicionales de los pueblos indígenas locales asociadas al recurso.
Agrega que se excluye de la regulación de acceso a los recursos genéticos, no así a los biológicos, siempre que no haya utilización de los recursos genéticos y que no exista cesión a terceros para otra utilización:
- La recolección y el mantenimiento de muestras en bancos de germoplasma, semillas, colecciones biológicas.
- Las actividades de producción y comercialización de semillas y plantas forestales.
- Las actividades de producción y comercialización de semillas para fines alimenticios y agrícolas.
- Actividades de producción acuícola y pesquera para alimentación humana.
- Los usos de recursos biológicos como materia prima para ingredientes o insumos conocidos y producidos en gran volumen sin diferenciación.
- Las actividades como asistencia molecular, ecología molecular, evolución de la biogeografía, los extractos crudos y las mezclas de moléculas, entre otros.
Sin embargo, cuando haya cesión a terceros dentro de los fines previstos en este apartado, deberá indicarse que cualquier utilización del recurso genético requerirá de la previa autorización de acceso de conformidad en el presente decreto.
FUENTE: Nimay González