Confeccionar productos artesanales de calidad con valor artístico y profesional, crear e instalar barreras atrapa sólidos, hacer confesionarios, recolectar basura, reparar escuelas y reforestar, han sido algunas de las alternativas que han elegido los privados de libertad para conmutar sus penas y formar parte de una reinserción socio laboral.
Con el paso de los años, la Dirección General del Sistema Penitenciario ha propuesto a los reos decenas de opciones para que al llegar el fin de su condena, puedan continuar con una vida digna.
Durante el 2018 un total de 695 reos culminaron sus estudios, entre ellos privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación, Cecilia Orillac de Chiari, (Cefere), reos de los centros penitenciarios La Joya, La Joyita y La Nueva Joya.
El trabajo para los presos no termina con sus estudios. En ese sentido, más de cinco ríos en la ciudad capital, incluyendo el Matías Hernández, río Cárdenas, el Matasnillo y río Abajo, cuentan con barreras ecológicas que evitan que los desechos que son tirados en las calles y ríos, contaminen los mares y tengan un mayor impacto en la vida marina.
Por otro lado, a través de la marca penitenciaria “IntegrArte”, veintena de reos han elaborado sombrero Pintao con bolsas plásticas, sillas de madera, muebles, tallados de madera, bolsos, cama de teca, pulseras, alcancías, collares, casitas decorativas, cofres, miniesculturas, Águila Arpía Tallada, sillas cola de gallo, mecedoras, entre otros productos.
Mientras que el DGSP comercializa los productos artesanales de calidad elaborados dentro de los centros penitenciarios.
Los privados de libertad también, participaron de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), elaborando 250 confesionarios que fueron utilizados por miles de peregrinos y el Papa Francisco, además de encargarse del patronaje, corte, confección y bordado de 650 bolsas para los visitantes.
Igualmente, a través de programa de recolección de desechos, el 90% de la basura es transformada y reutilizada por los internos, el plástico y el metal se compactan y se almacenan para su venta, mientras que los desperdicios orgánicos se transforman en abono para los huertos.
Los reos destacan que la mala disposición de los residuos no es solo un problema carcelario.
Realizan eventualmente jornadas de limpieza en distintos sectores de la ciudad capital y forman parte del Convenio de Cooperación Interinstitucional firmado entre el Ministerio de Gobierno (MinGob) y la Autoridad de Aseo Urbana y Domiciliaria (AAUD).
Se espera con estos programas de reinserción socio-laboral los presos reconozcan que pueden ser útiles desde los centros penitenciarios, colaborando con la sociedad, el ecosistema y con ellos mismos.
FUENTE: Linda Batista