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Canadá quiere que Amazon cancele la venta de un libro de un asesino en serie

Las autoridades canadienses solicitaron hoy al gigante del comercio en internet Amazon que cancele la venta de un libro cuyo autor es uno de los peores asesinos en serie de Canadá, Robert Pickton.

Pickton, de 66 años de edad, cumple una condena a cadena perpetua en la provincia canadiense de Columbia Británica, en la costa del Pacífico de Canadá, por el asesinato de seis mujeres.

Pero las autoridades policiales y las familias de mujeres desaparecidas le consideran responsable del asesinato de hasta 69 mujeres.

El fiscal general de Columbia Británica, Mike Morris, dijo hoy que las autoridades canadienses están "alarmadas" por la venta del libro "Pickton: In His Own Words" en Amazon, y que han solicitado a la empresa que lo elimine de su catálogo.

Morris también afirmó en un comunicado que Columbia Británica está investigando si Pickton realmente escribió el libro de 144 páginas y, si es así, cómo fue sacado de la prisión en la que se encuentra cumpliendo condena.

En el libro, que está lleno de errores gramaticales, Pickton se declara inocente utilizando numerosas frases bíblicas, según informó la televisión canadiense CTV .

Morris añadió que el Gobierno provincial intentará que Pickton no recaude dinero gracias a los asesinatos, aunque en Canadá, sólo cuatro provincias (Alberta, Saskatchewan, Ontario y Nueva Escocia) tienen legislación que impide a las personas condenadas obtener beneficios económicos de sus delitos.

Pickton, un porquero de la localidad de Port Coquitlam, en las cercanías de Vancouver, confesó el asesinato de 49 mujeres pero las autoridades judiciales canadienses decidieron no juzgarle por el total porque "nuevas condenas no resultarían en un aumento de la sentencia que ya ha recibido".

En su granja, las autoridades descubrieron cuerpos desmembrados almacenados en congeladores y, tras más de un año de investigaciones, multitud de restos humanos entre los desechos dejados por los cerdos de la explotación agraria.

La práctica totalidad de sus víctimas eran mujeres que vivían en la calle y que se dedicaban a la prostitución o eran drogodependientes.

Aunque la Policía de Vancouver recibió numerosas denuncias sobre la desaparición de decenas de mujeres, y de indicios que relacionaban a Pickton con sus desapariciones, durante años se negaron a investigar al porquero.

En 2010, tres años después de que Pickton fuese condenado por los asesinatos, la Policía de Vancouver emitió una disculpa oficial a las familias de las víctimas por haber ignorado durante años las desapariciones de las mujeres.