Viajar en soledad se está convirtiendo en algo muy recurrente en estos tiempos en los que gozamos de mayor libertad económica y existencial, si bien la elección del destino adecuado es el principal requisito si estás pensando recorrer el mundo por tu cuenta.
A continuación te presentamos 7 lugares a donde el viajar sola te ayudarán a encontrarte contigo misma, a oxigenarte y, ante todo, disfrutar de nuevos lugares.
1 . San Francisco (Estados Unidos):
La ciudad más vibrante de la Costa Oeste de los Estados Unidos es uno de esos destinos que tienes que visitar al menos una vez en la vida. Es Ideal para recorrer en bicicleta, San Francisco despunta gracias al ambiente bohemio de barrios como Mission District, meca del arte callejero de la ciudad; la amplia variedad de restaurantes vegetarianos en la zona de Market St, la basta cantidad de museos y por supuesto, las vistas del mítico Golden Gate desde una bahía en la que fundirnos con sus atardeceres.
2. Isla Mujeres (México):
¿Existe acaso un lugar más inspirador para mujeres que busquen viajar solas?. La isla del Caribe mexicano es un paraíso tranquilo de playas color turquesa, (Playa Norte está considerada como una de las mejores), también concontrarás numerosas propuestas de deportes acuáticos o templos mayas fundidos con la naturaleza entre los que destaca el dedicado a Ixchel, la diosa maya de la fertilidad, en el sur de la isla.
3. Valparaíso (Chile):
El gran puerto del Pacífico sudamericano es una ciudad colorida y fresca donde el mayor obligado reside en las visitas a los miradores y comunidades de los cerros que franquean Valparaíso.
Encontrarás restaurantes donde degustar una típica chorrillana, una visita a La Sebastiana, hogar de Pablo Neruda, o un paseo por el Barrio Portuario de la ciudad (designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) configuran un plan de visita ideal a lo largo de la ciudad chilena.
4. Helsinki (Finlandia):
Los países nórdicos siempre son una buena opción para viajar solo gracias a sus seguros entornos y ese hermetismo que nos permiten pasar algo más desapercibidos.
Helsinki es un buen ejemplo de ello: una capital que comienza a despuntar en el sector de la moda, que nos ofrece highlights como iglesias que evocan la forma de un ovni (la conocida como Iglesia de la Roca), parques donde tumbarte a tomar el sol de verano, una amplia elección de saunas e instalaciones balnearias y hasta un rinconcito donde sentarte a disfrutar el silencio tras una bulliciosa jornada (la Capilla del Silencio).
5. Barcelona (España):
La ciudad catalana es un hervidero de influencias, locales cosmopolitas y amplios bulevares encaminados al Mediterráneo donde tienen cabida el arte de Gaudí, los grandes mercados como La Boquería, la fiesta del Eixample, el ambiente hippie de Gràcia o el encanto de playas como Bogatell, situada en el Poblenou, uno de esos barrios en los que te sentirás dentro de un pueblo encerrado en la propia ciudad.
6. Santorini (Grecia):
La isla de la Cícladas puede presumir de poseer el mejor atardecer del mundo, hoteles cuyas terrazas miran a una Caldera llena de misterios y unos burritos que se convierten en el mejor medio de transporte hasta Oia, uno de los pueblecitos más fotografiados del Mediterráneo.
Además, Santorini puede convertirse en el primer punto del famoso island hopping , cruceros que recorren las islas más pintorescas de esas aguas aún encantadas por los mitos de sus leyendas.
7. Bali:
A pesar de ciertos problemas ecológicos, Bali continúa siendo el pequeño paraíso zen del continente asiático. Playas para surfistas, majestuosos volcanes, templos salpicados en las orillas de los lagos y verdes campos de arroz ideales de atravesar a lomos de una bicicleta componen este crisol de influencias new age y naturales que sigue atrayendo a millones de turistas. ¡Ah! Y no te puede olvidar de un típico masaje balinés.
Estos siete lugares a donde tienes que viajar sola reúnen los requisitos de cualquier viajera exigente: seguridad, contrastes, y el encanto suficiente para transportarnos a otras épocas, bañarnos en nuevos aromas y dejarnos llevar, seducidos por el encanto del anonimato.
FUENTE: Kelybeth Rodríguez V.