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Los animales tienen la clave para prever terremotos

TANGSHAN, China (AFP) - Para los supervivientes del violento sismo de Tangshan en 1976, cerca de Pekín, se habrían podido evitar muertes en el temblor que sacudió la provincia china de Sichuán el 12 de mayo, si se hubiese prestado más atención al extraño comportamiento de los animales.

El terremoto que estremeció hace más de 30 años el norte de China había reunido varios signos premonitorios, aseguran hoy en día quienes sobrevivieron a la catástrofe.

Los perros ladraron salvajemente durante horas antes de que el sismo golpeara a las 03H42 de la madrugada, recuerda Fu Wenran, cuya esposa falleció junto a unas 240,000 personas el 28 de julio de 1976.

Los ratones y las serpientes se revolvieron agitados, saliendo de sus escondrijos, como locos. Los caballos y las vacas empezaron a dar coces contra las paredes de sus establos.

"Los animales trataban de decirnos algo. Si lo hubiésemos sabido, no hubiera muerto tanta gente", lamenta Fu.

Para él, así como para muchos supervivientes del sismo de Tangshan, también se tendría que haber escuchado a los animales antes de que se produjera el temblor de Sichuán, en el suroeste del país, que dejó al menos 86,000 muertos y desaparecidos.

Varios días antes, centenares de miles de sapos huyeron de la ciudad de Mianyang, cerca del epicentro. Hoy, muchos ven en este éxodo una señal premonitoria, según se refleja en los blogs de internet.

Aunque es difícil vincular con certeza ambos fenómenos, los científicos admiten que los animales, sensibles a las ondas, pueden presentir la inminencia de este tipo de catástrofes.

"Hay estímulos físicos y químicos que emanan de la tierra antes de un terremoto y probablemente son sentidos por los animales", explica George Pararas-Carayannis, químico y oceanógrafo, presidente de la Tsunami Society, basada en Honolulu.

"Al fin y al cabo, el estudio del comportamiento de los animales podría servir para desarrollar mejores instrumentos de detección para predicciones a corto plazo", estima este experto.

Los científicos pueden detectar signos que elevan los riesgos de que un terremoto ocurra, como las presiones sísmicas, las inclinaciones del suelo o las modificaciones de los campos magnéticos. Pero hasta ahora, estas técnicas no han permitido prever con exactitud un fenómeno de estas características.

En los años 60, un equipo de expertos llegó a China para efectuar un estudio sobre la posible relación entre los comportamientos animales y los temblores. En 1975, predijo con una extraña precisión un sismo de magnitud 7,3 en Liaoning, una provincia en el noreste de China.

Pero la bibliografía sobre el asunto siguen siendo insuficiente para conceder una cierta confianza a los animales, estima Huang Zhujian, el ex responsable de ese equipo.

"Sabemos que los animales pueden sentir la llegada de un sismo, pero esto sólo puede ser un indicio suplementario. Continuamos dependiendo principalmente de los metódos geológicos", pese a su incapacidad de poder detectar estos fenómenos con antelación, admite.

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