HALIFAX, Canadá (AP). Con el reestreno de "Titanic" en 3D y el centenario del naufragio del trasatlántico, los cuidadores del cementerio Fairview Lawn anticipan la llegada de muchos visitantes.
El camposanto guarda una fuerte conexión con la tragedia trasatlántica. Halifax está a 1.100 kilómetros (700 millas) al oeste del punto en el que el Titanic chocó con un iceberg y los barcos que trajeron los cadáveres de las víctimas a tierra comenzaron a llegar a la ciudad a finales de abril.
Las familias llegaban para recuperar los restos de sus seres queridos y también realizaron funerales y servicios religiosos. En total 150 muertos del Titanic están enterrados en tres cementerios de la ciudad.
El 15 de abril, en el aniversario del hundimiento, una procesión a la luz de las velas se realizará tras un servicio multirreligioso en Fairview Lawn; se tocarán las campanas a la hora que el barco comenzó a hundirse y el gobierno de la provincia de Nueva Escocia escribirá en Twitter los mensajes de emergencia finales del Titanic.
El Restaurante Five Fishermen, ubicado en el edificio donde una funeraria se hizo cargo de los cuerpos de las víctimas más ricas, como el millonario John Jacob Astor, ofrecerá en abril un menú inspirado en los alimentos de primera clase del crucero.
Y el Museo Marítimo del Atlántico en Halifax prepara una exposición de fotografías e historias de las 150 víctimas del Titanic enterradas en los cementerios de Halifax: 19 en el Cementerio Católico Mount Olivet, 10 en el Cementerio Judío Baron de Hirsch y 121 en Fairview Lawn, que no tiene definición religiosa.
Entre las tumbas de Fairview Lawn hay una de un tal J. Dawson, pero aunque por años las chicas le han llevado flores no se trata de Jack Dawson, el personaje interpretado por Leonardo DiCaprio en "Titanic" de 1997, que según el director James Cameron no se basó en una persona real. El difunto es Joseph Dawson, quien trabajaba en las calderas del barco.
Gerry Lunn, curador del Museo Marítimo del Altántico en Halifax, dijo que la ciudad estuvo de luto por meses tras el desastre, y gran parte del centro tenía banderas negras.
"Esto no fue una historia de una noche ", dijo. "Quizá lo fue para el barco y las víctimas, pero para Halifax esta historia duró meses y meses y todavía no ha terminado".