El gobierno de China anunció el miércoles amplias reformas para fomentar un crecimiento sostenible en medio de la desaceleración de la economía del país mediante la apertura de sectores dominados por el estado a la inversión privada, mayor orientación de los bancos hacia prácticas de mercado y el estímulo del gasto de los consumidores.
En su primer discurso anual de política como el máximo funcionario de asuntos económicos de China, el primer ministro Li Keqiang dijo que Beijing alentará la competencia, liberará los controles del tipo de cambio y mejorará el acceso al crédito a las empresas productivas.
Los compromisos de Li corresponden a los planes del Partido Comunista anunciados en noviembre en los que se prevé fomentar las fuerzas del mercado y el consumo interno para reemplazar un modelo basado en las exportaciones y la inversión que ya ha redituado tres décadas de crecimiento explosivo pero que ha perdido impulso.
"Necesitamos garantizar que el mercado tenga un papel decisivo", dijo Li en un discurso pronunciado ceremonialmente ante la legislatura y televisado a nivel nacional en China.
Prometió "romper los grilletes mentales y los intereses creados", en posible alusión a las compañías estatales, a las que podrían cancelarse los subsidios y que podrían perder sus monopolios.
Empresarios e inversionistas dan seguimiento a la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular para conocer los detalles de la manera como el partido pondrá en marcha sus compromisos planteados en noviembre.
Beijing ha anunciado diversos cambios menores como un proceso de simplificación para el registro de nuevos negocios, pero no ha adoptado medidas importantes, como una reforma al sistema bancario estatal.
A pesar de los compromisos de una reforma, el partido puso claro los límites de un posible cambio en sus planes anunciados en noviembre al declarar que la propiedad estatal mantendrá su parte primordial de la economía.
Los cambios forman parte de los intentos del partido gobernante para dar un viraje y conseguir que China avance hacia un crecimiento más limpio y un consumo más eficiente de energía, basado en el sector de servicios y la tecnología después de la gran expansión en la última una década.
El crecimiento de China se contrajo el año pasado a 7,7%, el nivel más bajo en dos décadas, debido principalmente a restricciones del gobierno impuestas para enfriar el auge de los créditos y la inversión. La cifra representa casi la mitad de la explosiva tasa de 14,2% de 2007.