La nueva entrevista que el príncipe Enrique ha concedido a Oprah Winfrey en el marco de su nuevo programa de televisión en común, 'The Me You Can't See', volverá a levantar ampollas en el seno de la monarquía británica, que no salió demasiado bien parada de la conversación que mantuvieron a principios de año.
"Pensé que mi familia me ayudaría, pero cada una de las peticiones, solicitudes, advertencias, lo que fuera, fue respondida con un silencio total, un abandono absoluto", le ha asegurado a la presentadora. "Pasamos cuatro años intentando que funcionara. Hicimos todo lo que pudimos para quedarnos allí y cumplir con ese papel y ese trabajo. Pero Meghan estaba pasándolo mal".
Ver a su esposa sufriendo de esa manera sin que nadie hiciera nada por intentar ayudarla fue la gota que colmó el vaso para el antiguo royal porque temía que ella acabara sufriendo el mismo destino que su madre la princesa Diana, que murió en un accidente de coche en 1997 junto a su novio Dodi Al-Fayed.
"La historia se repite. Mi madre fue perseguida hasta la muerte mientras mantenía una relación con alguien que no era blanco. Y ahora mira lo que ha pasado... La idea de poder perder a otra mujer en mi vida resulta increíblemente doloroso. La lista crece. Y todo está relacionado con la misma gente, el mismo modelo de negocio, la misma industria", ha afirmado.
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