El actor Javier Bardem ha protagonizado un esperado reencuentro en el Festival de Cine de San Sebastián con algunos de sus mejores amigos en la industria del cine español, Jordi Mollá, Aitana Sánchez Gijón y Leonor Watling para presentar en sociedad el documental 'Bigas x Bigas', que honra la memoria del fallecido director catalán a través de un montaje de vídeos grabados hace años por el propio cineasta y que narran los entresijos del rodaje de algunas de sus cintas más recordadas.
Pero más allá del profundo agradecimiento que todos sienten por la oportunidad que les dio Bigas Luna de consagrarse en el panorama cinematográfico nacional -en el caso de Javier Bardem, Jordi Mollá y Penélope Cruz, gracias a 'Jamón Jamón' (1992)- el oscarizado intérprete se ha adentrado directamente en su ámbito más íntimo a la hora de rendir tributo a la persona a la que, en sus propias palabras, le debe "una carrera y una mujer".
"En lo personal, a Bigas yo le debo una carrera, una mujer, todo. Cuando empezamos con él, Penélope tenía 16 años y yo 22, y estábamos debutando con tres vacas sagradas. Eso podría haber sido un desastre", confesó el madrileño con cierta nostalgia en la alfombra roja del certamen donostiarra, antes de lamentar que la distancia que empezó a separarles en los últimos años le impidiera poderle presentar a los dos hijos que tiene con Penélope.
"Desgraciadamente, no pudo conocer a mis hijos, pero le queremos, no hay persona que haya trabajado con Bigas que no le quiera", añadió. Aunque Bigas Luna fue uno de los pocos representantes del cine español cuya carrera no se vio definida por el tono político o reivindicativo de sus proyectos, Javier Bardem y Jordi Mollá -quienes no dudaron en dejarse fotografiar mientras se daban un simpático beso en los labios que ya ha aparecido publicado en el Twitter del festival- se refieren a él como un cineasta innovador en muchos otros sentidos, que rompió tabúes sobre temas como la representación del sexo y que siempre trató de proyectar un mensaje de tolerancia.
"A veces la frase de él era: 'Pero si es solo sexo, no te preocupes'. Y es que de Bigas aprendimos eso, que es verdad, que hay mucho miedo al sexo pero parece que a veces no tanto a la violencia en países como Estados Unidos", explicó Javier Bardem.
"Su compromiso [social] hubiese sido más sensual, una especie de 'Querámonos todos aunque no estemos de acuerdo en muchas cosas, no lo institucionalicemos y hagamos una fiesta'", reflexionó Jordi Mollá sobre su figura.