La actividad de Amanda Bynes en la esfera virtual ha vuelto a preocupar a sus fans. Aunque la antigua estrella infantil no ha llegado al punto de difundir mensajes difamatorios como los que dedicó en su momento a otras celebridades y a miembros de su propia familia, sí que ha hecho gala de una actitud un tanto errática en opinión de algunos, compartiendo y borrando varias publicaciones en Instagram, desde que anunciara a mediados de febrero su compromiso con un joven al que habría conocido en las reuniones de Alcohólicos Anónimos a las que acude con regularidad.
Un ejemplo concreto de ese comportamiento alarmante sería la imagen de Drake que subió este fin de semana a su perfil para enumerar sus canciones favoritas del rapero en la actualidad, y que ya ha borrado por razones que no ha aclarado. En un principio, podría parecer un mensaje inofensivo, pero quienes estén al corriente del historial de la actriz en la esfera virtual, recordarán que uno de los episodios más controvertidos que protagonizó en su día en la esfera virtual hacia referencia al músico canadiense, a quien ella le pidió directamente que "asesinara su vagina". Poco después, ella ingresó en una clínica de salud mental y comenzó una etapa de su vida marcada por su entrada y salida de varios centros de ese tipo que parece que llegó a su fin a mediados del año pasado.
En las pocas ocasiones en que ha hablado de ese tuit sobre Drake, Amanda ha reconocido que estaba drogada cuando lo publicó y ha aclarado que solo estaba tratando de enviarle una indirecta al aludido para informarle de que estaría interesada en iniciar una relación física con él.
En la actualidad, la intérprete lleva un año y dos meses sobria, según se ha encargado de anunciar ella misma en esa plataforma, pero todo apunta a que sus allegados -su madre aún ejerce como su tutora legal y necesita permiso de un juez para tomar decisiones trascendentes acerca de su futuro- no consideran que esté lista para casarse con un hombre a quien conocería desde hace tan solo unos meses.