WASHINGTON (AFP) - El candidato demócrata Barack Obama y el republicano John McCain iniciaron la última fase de la carrera hacia la Casa Blanca que concluirá el 4 de noviembre con la elección del 44 presidente de Estados Unidos.
Obama, que podría hacer historia al convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, tiene ahora al republicano McCain como único rival, quien de ganar sería el presidente más anciano de Estados Unidos, luego de que la senadora Hillary Clinton arrojara la toalla el sábado y diera todo su "apoyo" al senador por Illinois ante miles de seguidores en Washington.
Tanto Clinton como Obama habían prometido que el partido estaría unido a la hora de luchar contra John McCain, aunque muchos de los 17 millones de electores que apoyaron a la senadora, no están convencidos de votar por el joven senador negro.
"La manera de continuar ahora nuestra batalla, para alcanzar los objetivos que nos habíamos fijado, es poner nuestra energía, nuestras pasiones, nuestras fortalezas y hacer todo lo que podamos para ayudar a elegir a Barack Obama como el próximo presidente de Estados Unidos", insistió Clinton.
Para vencer en noviembre, Obama necesita atraer a buena parte de quienes respaldaron a Clinton en las primarias: las mujeres, el electorado blanco, los obreros, las personas de edad y los estadounidenses de origen hispano.
Al optar por Barack Obama como candidato presidencial el Partido Demócrata hace una apuesta arriesgada de cara a las elecciones de noviembre, dado que, según algunos expertos, su condición de negro podría ser un handicap dado el racismo de los votantes estadounidenses.
Anthony Greenwald, profesor de psicología de la Universidad de Washington, comparó los sondeos pre-electorales con los votos obtenidos por Obama en las primarias demócratas y concluyó que hay un comportamiento claramente racista.
"La raza sigue siendo un factor muy determinante en las elecciones estatales estadounidenses", dijo.
En contrapartida, los republicanos deben hacer malabarismos en estos meses para tomar distancia de la impopular imagen de George W. Bush.
En cualquier caso, quienquiera que gane, pasará a la historia por ser el primer presidente negro de Estados Unidos o el más viejo candidato en primera vuelta. Ambos serían el primer senador elegido presidente desde John F. Kennedy en 1960.
A esta altura, las encuestas son muy poco fiables. Un promedio del sitio especializado RealClearPolitics.com da a Obama una ventaje estadísticamente insignificante de un punto sobre McCain a nivel nacional.
McCain, de 71 años, es un obstinado sobreviviente de la guerra de Vietnam, poco ortodoxo en el Partido Republicano, que debe cortejar tanto a los independientes como consolidar la base más conservadora de su partido. Obama también deberá hacer otro tanto para atraer a los decepcionados seguidores de Clinton.
Para ambos será crucial a quién escojan como candidato a vicepresidente.
Obama declaró en un comunicado que Clinton "estará en el primer plano" de la lucha del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.
McCain necesita un compañero de fórmula más joven para desviar las dudas sobre su edad.
Obama no ha perdido oportunidad de asociar a su adversario con Bush, abogando por un nuevo capítulo de diplomacia en lugar de la política exterior de un "tercer período" del impopular presidente. McCain arremetió ante la falta de experiencia e ingenuidad de Obama.
Las últimas encuestas muestran que los norteamericanos están menos preocupados por el conflicto en el exterior que con sus perspectivas económicas en casa, temores por sus empleos, sus viviendas y su seguro médico.