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De buen humor sale a la superficie Mario Sepúlveda

Copiapó-Santiago de Chile (EFE).- Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años, que es el segundo rescatado del grupo de 33 mineros que el 5 de agosto quedaron atrapados a 700 metros de profundidad en una mina chilena, regresó a la superficie haciendo gala de buen humor.

La cápsula "Fénix 2", con Sepúlveda haciendo bromas a diestra y siniestra, emergió desde las profundidades de la mina a las 01:09 horas (04:09 GMT), 59 minutos después que saliera a la superficie Florencio Ávalos, el primer rescatado.

Sepúlveda, que ofició de "animador" en los vídeos en que los atrapados describían las condiciones de su encierro, durante su ascenso lanzaba desde la cápsula gritos como "Ya pueees", que se escuchaban nítidamente en la superficie.

Ya arriba, antes de abandonar la cápsula, gritó "¡Viva Chile Mierda¡", regaló a todos los presentes piedras minerales que sacó de una bolsa que llevaba especialmente preparada.

El rescatado, con una trayectoria de dirigente sindical, tomó la iniciativa en los abrazos, que repartió entre todos los presentes, dejando casi para el final, inadvertidamente, al presidente Sebastián Piñera, a quien finalmente aprisionó tres veces entre sus brazos.

En la superficie, Sepúlveda fue recibido por su esposa, Elvira Valdivia, y sus dos hijos.

A su mujer le dio sólo un abrazo, por lo que alguien le dijo, "oiga, abrace también a su esposa", a lo que el minero respondió: "Con la vieja tenemos para toda la vida".

En su papel de animador de vídeos desde el fondo de la mina, Sepúlveda había pedido en más de una ocasión que lo recibieran con un asado cuando saliera.

Ahora, mientras era instalado en la camilla en que fue trasladado al lugar donde se le someterá a un primer chequeo médico, dijo a los encargados: "Oigan, el asado no se me ha olvidado".

En su viaje de ida al fondo de la mina para recogerlo, la cápsula transportó al cabo de la Marina Roberto Ríos Seguel, de 34 años, el segundo rescatista que descendió para apoyar a los mineros en los preparativos de su ascenso.

El primero fue el funcionario de la empresa minera estatal Codelco Manuel González, a quien se unió a Ríos en el refugio de los mineros.

Al igual que Ávalos, Mario Sepúlveda utilizó un traje especial, con un cinturón que vigila sus signos vitales y anteojos especiales en su viaje a la superficie y tras saludar a su familia fue sometido a un primer chequeo médico, antes de ser trasladado al hospital de la ciudad de Copiapó.

Las autoridades han dispuesto que los 33 permanezcan ingresados 48 horas.