SANTIAGO DE CHILE (AP). El gobierno ejerce presiones financieras para obligar a los universitarios a retonar a clases, para lo cual condicionó la erogación de aportes necesarios para cubrir los salarios de catedráticos y las becas o préstamos de los estudiantes, denunciaron autoridades educativas.
Las clases en algunos de los 25 planteles públicos y tradicionales están interrumpidas hace seis meses en demanda de reformas de fondo a la enseñanza desigual, cara y en muchos casos de mala calidad.
Ahora el ministerio de Educación impuso como fecha límite para terminar el segundo semestre del 9 al 15 de marzo, lo cual haría imposible que cumplir el mínimo de clases para muchos estudiantes que apoyan la huelga,
Hay planteles que no han iniciado el ciclo, otros lo iniciaron formalmente pero los alumnos no asisten a clases y también hay grupos de estudiantes que negocian con los rectores volver a las aulas a cambio de tener horas garantizadas para salir a protestar en apoyo a sus demandas.
Una misiva que el ministerio envió a los rectores universitarios fue publicada el domingo por el periódico El Mercurio y les consulta sobre el inicio del segundo semestre para "poder programar la transferencia de recursos relativos a becas y créditos" de noviembre.
"Es una forma de castigo, una tremenda presión", opinó Juan Manuel Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago.
La nota dice que "si no puedes mandar esa lista porque los estudiantes no han vuelto a clases, simplemente no te van a entregar las platas de becas y créditos de noviembre y eso significa que no vas a poder pagar los sueldos. Así de fuerte es", añadió en declaraciones al rotativo.
Al comienzo de las movilizaciones, rectores como Zolezzi y su colega de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, marcharon con los alumnos, pero ahora quieren que los estudiantes vuelvan a las aulas para poder recibir los recursos estatales que financian parte de sus operaciones.
El rector precisó que al ponerles una fecha de término del semestre, en marzo, implica que de no informar a la autoridad sobre el semestre, "significa que los estudiantes se van a quedar sin becas y créditos para el próximo año. Van las dos cosas amarradas".
Zolezzi, a su vez, presionó a los estudiantes para que retornen a clases, prometiéndoles que si reciben aportes extraordinarios a los contemplados en el Presupuesto 2012, en plena discusión en el Congreso, destinará una parte a rebajar los caros aranceles. También tratará que no sean expulsados los alumnos que no aprueben los semestres de este año.
El primer semestre académico concluyó con muy pocas clases, impartidas en menos de dos meses, también por la presión del gobierno de no entregar los fondos a las universidades públicas.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, que agrupa a países desarrollados, más México y Chile, precisó que las universidades tradicionales y públicas reciben un aporte estatal de sólo un 15% y el restante 85% lo colocan las familias vía onerosas colegiaturas o aranceles.
Los aranceles chilenos son los más caros del mundo, después de los estadounidenses, según la OCDE.
Zolezzi dijo que su universidad recibe mensualmente tres millones de dólares, que no cubre la mitad de los 6,5 millones de dólares que requiere para mantener la planilla del plantel.
Pérez también ordenó la reanudación de clases en la Universidad de Chile, pese a que poco más del 50% de sus estudiantes votó por no iniciar el segundo semestre.