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Advierten a milicianos que salgan de Irak

Líderes tribales de la sitiada ciudad de Faluya advirtieron a combatientes ligados a al-Qaida que salgan de la urbe para evitar un enfrentamiento haciéndose eco del llamado que hizo el primer ministro el miércoles a rendirse mientras el gobierno trata de recuperar el control de las áreas predominantemente suníes al oeste de Bagdad.

La advertencia se hizo poco después de que un grupo de hombres armados matara a 12 soldados en un ataque a un cuartel del ejército. Siete soldados más quedaron heridos en el asalto ocurrido en la provincia de Diyala, dijeron las autoridades.

En tanto, las Naciones Unidas y la Cruz Roja dijeron que las áreas cercanas a Faluya hay una creciente preocupación por razones humanitarias ya que las existencias de agua y comida comienzan a escasear.

Las tensiones sectarias han aumentado en meses recientes en la provincia predominantemente suní de Anbar, donde los integrantes de esa rama religiosa dicen que son discriminados y arrestados por el gobierno chií. La violencia se desató tras el arresto, el 28 de diciembre, de un legislador suní acusado de terrorismo y el desalojo de un campamento de protesta organizador por suníes en Ramadi, la capital provincial.

La semana pasada, hombres armados ligados a al-Qaida tomaron el control de Ramadi y de la cercana Faluya, ciudades donde ocurrieron los enfrentamientos más sangrientos tras la invasión estadounidense. Los milicianos se apoderaron de estaciones de policía, puestos militares, liberaron a prisiones y establecieron sus propios puestos de control.

Estados Unidos e Irán han ofrecido ayuda material al gobierno de Irak pero dijeron que no enviarán tropas.

En su discurso semanal que transmite la televisión, el primer ministro Nouri al-Maliki abrió la posibilidad de perdonar a los simpatizantes de la rama local de al-Qaida, el Estado Islámico de Irak y el Levante, si abandonan la lucha.

"En la guerra contra al-Qaida participan las fuerzas de seguridad iraquíes, las tribus y todos los sectores de la sociedad", dijo. "Pido a los que fueron atraídos a formar parte de la maquinaria terrorista encabezada por al-Qaida que recuperen la cordura".

A cambio prometió que su gobierno abrirá "una nueva página para zanjar sus casos a fin de que no sean el combustible en la guerra que es encabezada por al-Qaida".

El gobierno de Irak ha enviado tropas adicionales y equipo militar a Anbar y ha lanzado ataques aéreos para desalojar a los milicianos.

El miércoles otra vez hubo escaramuzas entre fuerzas de seguridad iraquíes y milicianos en las afueras de Faluya y Ramadi, dijeron testigos, y los milicianos volaron un pequeño puente en el límite de Ramadi, dijeron autoridades en Anbar.

No hubo reporte inmediato de bajas.

Al menos cuatro integrantes de la tripulación murieron al estrellarse un helicóptero militar en Anbar, dijeron a la televisión autoridades del ejército y el gobierno.

Influyentes líderes tribales se han reunido para tratar de encontrar una salida a la crisis y pidieron a los miembros de al-Qaida que se encuentran en Faluya que salgan del pueblo, dijo el vocero provincial Dhari al-Rishawi.

"Aceptaron expulsar al Estado Islámico de Irak y el Levante de Faluya. Les dijeron que se retiren o serán atacados por las tribus y el ejército", dijo.

El mensaje, en el que se pedía a las familias que salieron que regresen, también se transmitió por los altavoces de las mezquitas la noche del martes.

Al-Rishawi y residentes contactados por teléfono en Faluya dijeron que algunos milicianos abandonaron la ciudad que se encuentra unos 65 kilómetros (40 millas) al oeste de Bagdad.

No quedó claro cuántos abandonaron la ciudad o si sólo tomaron nuevas posiciones en distintas partes de ésta.

"Nosotros, los residentes, y las tribus, no queremos a al-Qaida en la ciudad. No queremos ver la misma violencia que hubo cuando los estadounidenses estuvieron aquí", dijo Ayad al-Halbosi, un maestro de 22 años de Faluya.

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