El acuerdo alcanzado el fin de semana que establece la manera como Irán restringirá su programa nuclear a cambio de una reducción de las sanciones en su contra refuerza el argumento del gobierno del presidente Barack Obama de que Teherán podría estar dispuesto a concertar un gran pacto diplomático que elimine las posibilidades de una guerra.
Sin embargo, el acuerdo ha tenido poco efecto para disuadir a los legisladores escépticos decididos a imponer nuevas sanciones a la república islámica.
En momentos en que las potencias mundiales e Irán se disponen a poner en marcha el 20 de enero un acuerdo provisional que tendrá vigencia de seis meses, Obama y el Congreso se perfilan hacia lo que parece un enfrentamiento por el proceder legislativo, que cada parte afirma incidirá seriamente en las oportunidades de una diplomacia efectiva.
Obama advierte que un incremento de las sanciones podría aniquilar las negociaciones, mientras los legisladores insisten en que éstas son la única vía para garantizar que Irán cumpla su palabra. Gran parte podría depender de que Teherán cumpla sus compromisos con celeridad.
"No es el momento de imponer nuevas sanciones", expresó el lunes Obama cuando se reunía con el presidente del gobierno español Mariano Rajoy.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el hecho de que el gobierno iraní ha puesto en marcha lo acordado "muestra cuando menos que lo correcto por hacer es poner a prueba la seriedad de Irán".
El punto de las sanciones es esencialmente una disputa táctica en cuanto a la mejor manera de lograr un objetivo común: impedir que Irán consiga fabricar armas nucleares y que represente una amenaza a la existencia de Israel.
Sin embargo, para el gobierno de Obama, la presión del Congreso ha mostrado ser un perenne dolor de cabeza precisamente en momentos en que el presidente iraní Hassan Ruhani, de tono moderado, ha presentado una flexibilidad sin precedentes en las conversaciones.
Estados Unidos y sus cinco socios en las negociaciones —Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia— concertaron un acuerdo con Irán que articula la manera como la república islámica limitará su programa de enriquecimiento de uranio, frenará los avances en una planta procesadora de plutonio y abrirá sitios clave a inspecciones diarias a partir de la semana siguiente.
A cambio, las potencias mundiales han descrito la manera como reducirán sanciones internacionales por 7.000 millones de dólares que han dañado la economía de Irán. No ha sido hecho público el acuerdo completo.
FUENTE: AP